Bien por la dura competencia a la que ha tenido que hacer frente, bien porque las lesiones le han llegado en el peor momento, justo cuando disponía de una oportunidad, la realidad es que Asier Riesgo no ha gozado en los últimos tiempos de la continuidad que un portero contrastado como él se merece. Pese a tanta contrariedad, el cancerbero debarra ha ido haciendo callo de tanta adversidad y confía en que ello le sirva para valorar un futuro que sea más favorable.

«Este es el cuarto año que no tengo la oportunidad de jugar dos partidos seguidos y es complicado llevarlo mentalmente, pero intento aprender de esto también y el día que me toque jugar más a menudo espero poder recordar estos momentos para que me hagan más fuerte entonces», aseguró.

Es una situación nueva para él, pues desde su época de juvenil había sido un fijo bajo los palos. «Es cierto que desde los 18 años hasta los 25 tuve la oportunidad de jugar casi todo y luego ha llegado este parón, pero el fútbol cambia de un día para otro. Tengo 29 y creo que, si las lesiones me respetan, me quedan aún bastantes años en activo o eso espero, intentar mantenerme en forma para jugar más años», auguró.

Es público y notorio que el guipuzcoano es un profesional de los pies a la cabeza, que pone especial cuidado en su preparación y, sobre todo, en su alimentación, y que, a base de veteranía, también ha ganado en paciencia. «Cuando vine, sabía que era una apuesta a largo plazo y me mantengo en ello, aunque las cosas de momento no me hayan salido», confirmó.

Le restan tres años

No es extraño, pues, que Riesgo hubiese renovado a la baja en julio del año pasado por tres temporadas más, demostrando su implicación con la escuadra navarra. «Estoy muy contento aquí, me encuentro muy a gusto con el club y el vestuario, lo mismo que mi familia con la ciudad, por eso quiero seguir aquí», manifestó el meta, que el miércoles vio recompensada su fidelidad portando el brazalete de capitán en la segunda parte del amistoso contra el Mirandés disputado en Tajonar.

Si cambia su suerte y con lo que le resta por delante en Osasuna, podría seguir la estela de compañeros longevos como Ricardo, aunque el caso del madrileño, con 41 años, le parezca extraordinario. «Ojalá, pero creo que es una situación para privilegiados y se tienen que dar muchas circunstancias, pocos pueden llegar a esa edad al más alto nivel y Ricardo es uno de ellos», destacó.

Ayudaría al de Deba a regresar a la titularidad el que este verano cuajasen en ofertas algunos de los intereses que han flotado en el aire de otros clubes respecto a hacerse con los servicios de Andrés Fernández. «Está haciendo dos años muy buenos y es normal que se hable mucho de él, pero mi experiencia en esto del fútbol es que casi todo son rumores y muy pocos se materializan, hay que ser muy cautos con ello», advirtió.

Riesgo recordó cómo han sido estos últimos meses tras lesionarse de gravedad el pasado 30 de diciembre. «Al principio pensé que no era para tanto, pero al día siguiente me dolía mucho y es que tenía rotos los tres huesos. Al menos, no me tuvieron que operar y eso me ha permitido que vuelva un poco antes a los terrenos de juego», relató.

Lo hizo, como ya hemos comentado, este miércoles, jugando 45 minutos contra el Mirandés, un choque «bastante exi- gente, en el que no nos lo pusieron nada fácil, pues vinieron a competir y eso se agradece», y en el que, a nivel particular, «me sentí bien», admitió.

Último entrenamiento

La plantilla, por otro lado, realizará hoy -Tajonar, 10.30- su último entrenamiento de la semana, ya que gozará de descanso mañana y pasado. Los de Mendilibar se entrenaron ayer en dos grupos, por un lado los que fueron titulares ante el Mirandés, que acometieron ejercicios de recuperación, mientras que el resto del grupo llevó a cabo rondos, ejercicios de posesión y un partidillo.