Tres nuevos municipios guipuzcoanos -Zaldibia, Legorreta e Itsasondo- se sumaron ayer a la lista de localidades que recogen sus residuos mediante el sistema puerta a puerta (PaP). Coincidiendo con la retirada del último contenedor y la llegada del primer camión de recogida selectiva se celebró en Zaldibia un acto al que asistieron el diputado de Medio Ambiente, Iñaki Errazkin; el presidente de la mancomunidad de Sasieta, Azeari Andonegi; y el alcalde Joxan Etxabe.

Tanto Errazkin como Andonegi valoraron muy positivamente el proceso seguido hasta ahora. «Fue realmente exitoso el proceso participativo para diseñar el sistema de recogida, y así ha sido también la entrega del material», apuntó el presidente de Sasieta, quien añadió que las tasas de reciclaje actuales en Goierri rondan el 39% y que se espera que en estas tres localidades la cifra suba hasta el 80%.

El alcalde de Zaldibia agradeció la implicación de los vecinos y vecinas. «En el proceso para diseñar el sistema de recogida participaron en total 620 personas, y a la entrega del material que llevamos a cabo la semana pasada también acudieron casi el 100% de las familias del municipio», comentó.

Otras localidades

Astigarraga será otra de las localidades que se sumará próximamente a esta dinámica, concretamente arrancará el próximo 2 de abril. El Ayuntamiento, que esta semana está repartiendo los cubos para los domicilios, calificó de «inmejorable» la respuesta vecinal. La próxima semana se distribuirán los contenedores para los comercios.

En la comarca de Oarsoaldea, el colectivo ecologista Eguzki mostró su satisfacción por «la decisión valiente de los ayuntamientos de Lezo y Pasaia para cambiar su obsoleta recogida municipal de residuos, adoptando el sistema de recogida puerta a puerta, y adaptándose a los inminentes cambios y avances en la legislación europea de residuos».

Un punto de vista que no comparten los opositores al PaP de Villabona y Zizurkil, que están buzoneando una nota en la que invitan a los vecinos a que cuelguen, a modo de protesta, bolsas de basura de sus balcones. Este colectivo defiende el quinto contenedor como alternativa y tilda el PaP de «carísimo, antihigiénico, antiestético, restrictivo e incómodo».