El presidente de China, Xi Jinping, estimó ayer que su visita a Rusia, que ya cosechó una treintena de acuerdos, superó «todas las expectativas» y alabó el papel desempeñado por Moscú y Pekín para garantizar «el equilibrio internacional. Mi visita logró su objetivo. Los resultados superaron ampliamente todas mis expectativas. Estoy muy contento», declaró en un encuentro con el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev.

Xi llegó a Moscú el viernes con su esposa Peng Liyuan para una visita de tres días. El mismo viernes selló una treintena de acuerdos, sobre todo en el sector petrolero y en el del gas, con su homólogo ruso, Vladimir Putin.

Aseguró que eligió Rusia en su primera viaje al extranjero «para demostrar la importancia particular» de las relaciones ruso-chinas.

«El tiempo pasa, muchas cosas han cambiado en el mundo, pero las relaciones ruso-chinas no paran de reforzarse y de desarrollarse», insistió Xi, que se refirió a Medvedev y a Putin como sus «viejos amigos».

Medvedev saludó, por su parte, «los nuevos resultados importantes» obtenidos en el marco de esta visita, realizada días después de la investidura de Xi como presidente. «Todo esto aporta una contribución considerable al desarrollo de nuestras relaciones y estamos encantados», reiteró.

Además de los acuerdos económicos y sociales firmados el viernes, los dos países coinciden en sus puntos de vista sobre los grandes temas internacionales y hacen un frente común contra lo que califican de injerencia en los asuntos internos de otros estados, sobre todo Siria.

«Nuestras relaciones son las mejores posibles entre países», manifestó Xi ante estudiantes del Instituto de Relaciones Internacionales de Moscú. «Estas relaciones fuertes constituyen una importante y sólida garantía de equilibrio internacional», subrayó antes de partir hacia Africa.