Los inversores se dieron de bruces con la realidad: los depósitos superiores a los 100.000 euros deberán soportar una gran parte de los rescates. Si el presidente del Eurogrupo no lo había dejado suficientemente claro el lunes, a pesar de desmentidos posteriores de su propia oficina y desde Bruselas, ayer se puso negro sobre blanco cuando la Comisión Europea afirmó estar estudiando esa medida para que los depósitos paguen futuros rescates. Por tanto, el modelo aplicado a Chipre será, tal como dijo Jeroen Dijsselbloem a la prensa, el nuevo método para financiar a los estados con problemas. Esta confirmación profundizó la caída del día anterior en todas las bolsas de los estados periféricos, mientras que el resto, aparentemente alejado de esta potencial encrucijada, terminó con ganancias. El Ibex retrocedió hasta los 7.990,50 puntos, tras perder un 1,84%. Es la tercera ocasión del año -la última, el 26 de febrero- en la que cierra por debajo de 8.000 puntos. Cede ya un 2,17% en este ejercicio. Los descuentos alcanzaron a los índices de Atenas y Milán, pero no a París (+0,55%), Londres (+0,33%) y Fráncfort (+0,11%). En el Ibex, se significó el derrumbe de Telefónica (-4,98%), tras vender su autocartera, cerca del 2% del capital, por 975 millones de euros. Los títulos se colocaron un 3,9% por debajo del precio del lunes. BBVA (-3,31%) y Popular (-2,79%) le siguieron en otra jornada aciaga para la banca. Los mejores fueron Mediaset (+2,12%) y Red Eléctrica (+0,72%). En París, Michelin (+2,95%) y France Télécom (-1,85%) ocuparon los extremos en la lista de las cotizaciones finales.