LAB denunció ayer que el concurso mediante el cual la empresa Abbott se quedó con el servicio del nuevo laboratorio de Osasunbidea tiene «puntos oscuros». Esta multinacional se hizo con la concesión gracias al apartado de «criterios subjetivos», desbancando a Roche, una empresa que le aventajaba en el resto de conceptos del apartado técnico y también resultaba más barata para las arcas públicas (240.000 euros menos). Los «criterios subjetivos» incluían la puesta en marcha del laboratorio, que ha redundado en un fracaso a ojos del sindicato.

Según LAB, el papel jugado en esta concesión por el actual director gerente de Osasunbidea, Ignacio Iribarren, pudo haber sido determinante. En este punto, recordaron que Iribarren era socio director de la consultoría Mensor antes de ser nombrado por la consejera Marta Vera. Mensor participó en otra concesión pública favorable a Abbott, esta vez en Baleares.

Tres empresas aspiraban a quedarse con los servicios del laboratorio del Servicio Navarro de Salud después de su centralización: Abbott, Roche e Izasa. Roche (que ha recurrido el concurso) era la más barata y la mejor puntuada en el apartado técnico, al obtener 80,56 puntos sobre 85. Por su parte, Abbott se había quedado en 74,05 puntos. Los 15 puntos restantes dependían de los «criterios subjetivos», en los que Abbott recibió una puntuación de 14,2 y Roche tan solo 5,6, con lo que las tornas cambiaron.

Lo que LAB quiso poner de relieve ayer es que la valoración subjetiva falló. En la metodología para poner en marcha el laboratorio, Abbott obtuvo el máximo, pero la instalación del laboratorio está siendo un fracaso y ha causando un perjuicio a los pacientes, dado que las analíticas no se pueden hacer en condiciones y muchas se tienen que repetir. Además, aseguran que algunos de los aparatos que se están empleando están colocados sobre cajas de cartón.

Según explicó Dabid Mendaza, portavoz del sindicato, la centralización de los laboratorios se previó hace años y se vinculaba a la construcción de un edificio que lo albergara. La crisis truncó los planes del Gobierno, pero no ha paralizado la centralización del servicio (que podría acabar provocando una pérdida de unos 40 empleos).

Finalmente, el Gobierno optó por reacondicionar el Centro de Atención Biomédica para albergar el nuevo laboratorio. El desembolso para acondicionar las instalaciones ha sido de 1,1 millones. Una vez se construya el edificio proyectado para albergar el laboratorio, no solo estas obras no habrán servido de nada, sino que habrá que volver a remodelar el Centro Biomédico.

Según LAB, la centralización ha sido un despropósito y culpa de ello a Iribarren. El sindicato recuerda que solicitó hace unos meses una moratoria de la centralización que hubiera ahorrado problemas y dinero.