No puedo creer que este Saverio Costanzo sea el mismo que debutó prometedoramente en 2004 con «Domicilio privado», película sobre el conflicto árabe-israelí, premiada en los festivales de Locarno y la Seminci de Valladolid, además de con un David Di Donatello del cine italiano a la Mejor Ópera Prima.

Se ha hecho un tremendo lío con la novela de Paolo Giordano, y eso que ha colaborado con el joven escritor en la adaptación. En lugar de respetar el orden cronológico narrativo que sigue en el libro la evolución de la pareja protagónica, ha querido fragmentar pasado, presente y futuro arbitrariamente, mediante constantes saltos temporales y desordenados flashbacks. El caos resultante es monumental y no hay quien se aclare de lo que les pasa a Alice y Mattia.