Los países árabes reivindican su derecho a armar a los rebeldes sirios
La Liga Árabe defendió armar a los insurgentes sirios en una cumbre en la que el escaño de Siria lo ocupó la Coalición opositora. Su líder, Ahmad Moaz al Khatib, pidió a EEUU que use los misiles Patriot.
GARA | DOHA
La Liga Árabe defendió ayer «el derecho» de cada uno de sus estados miembros a suministrar ayuda militar a los insurgentes sirios en guerra contra el régimen de Bashar al Assad. La resolución, aprobada en la cumbre que celebró ayer en Doha, contó con las reservas de Irak y Argelia y la discrepancia de Líbano.
Los miembros de la Liga Árabe subrayaron que «cada Estado miembro tiene el derecho de aportar, según su voluntad, todos los medios de autodefensa, incluidos los militares, para apoyar la resistencia del pueblo sirio y del Ejército Libre Sirio (ELS)».
El puesto de Siria en la cumbre lo ocupó el líder de la Coalición Nacional Siria, Ahmad Moaz Al-Khatib, y el recién nombrado «primer ministro», Ghassan Hitto. El líder opositor viajó a Doha pese a haber dimitido hace dos días de su cargo en la Coalición, que todavía no ha aceptado su renuncia. La resolución confirmó la concesión a la Coalición del escaño de la República Árabe de Siria en la Liga.
Pide que se usen los misiles
En su intervención al Khatib reclamó a Estados Unidos que utilice los misiles Patriot que tiene desplegados en Turquía para proteger los enclaves del norte de Siria controlados por los rebeldes y pidió que EEUU asuma un papel más importante en la resolución del conflicto. Pero Washington se mostro reacio. «Estamos al corriente de esta petición. Por el momento, la OTAN no tiene intención de intervenir militarmente en Siria», respondió el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, precisando que son solo «instrumentos de autodefensa». Subrayó, no obstante, que Washington «adapta permanentemente» su posición ante el conflicto.
A la vez, Al Khatib criticó las «tentativas de injerencias» desde el extranjero en la rebelión siria mediante la instrumentalización del futuro de minorías como la kurda, la cristiana y la alauí o el asunto de las armas químicas.
En referencia a este último asunto, pidió que la decisión de destruirlas se tome en el marco de un congreso nacional y de un pacto en la región. Precismente, el Gobierno sirio ha entregado a los investigadores de la ONU muestras de sangre de las vícitmas, del suelo y del cohete del supuesto ataque con armas químicas que se llevó a cabo el pasado 19 de marzo en la localidad de Jan al Assal, en la provincia de Alepo, que se saldó con 25 muertos y 110 heridos. Según la CNN, el ataque fue lanzado desde una zona que ha estado controlada por el yihadista Frente al Nosra
Atentado y ataques
Por otra parte, un atentado kamikaze con coche bomba provocó al menos tres muertos y varios heridos en el barrio de Ruknedin, en el norte de Damasco, cerca de un centro de aprovisionamiento del Ejército. Según el opositor Observatorio Sirio deDerechos Humanos (OSDH), las víctimas eran militares y civiles.
Además, varios obuses cayeron en el barrio de Baramkeh, en el centro de la capital, provocando cuatro muertos, entre ellos una menor. Los insurgentes han multiplicado el lanzamiento de obuses en Damasco, donde el Ejército intenta eliminarlos de la periferia e impedir que avancen hacia el centro.
El OSDH denunció además una masacre de trece civiles -entre ellos cuatro niños- en la localidad de Abel, en la provincia de Homs. Presentó un vídeo en el que se pueden ver varios cadáveres calcinados y algunos de ellos con signos de apuñalamiento.
El profesor sueco Ake Sellström encabezará la misión técnica de la ONU que investigará si se han utilizado armas químicas, aunque «no para saber quién las utilizó». Dirige un centro especializado en grandes incidentes con sustancias químicas, biológicas, radiológicas y nucleares.