El TS de EEUU afronta con cautela el debate sobre matrimonios gays
El Tribunal Supremo de EEUU inició ayer su histórico debate sobre un tema muy sensible, el de los matrimonios entre personas del mismo sexo, que mantiene en vilo a la opinión pública. Los nueve jueces cuestionaron los argumentos de los defensores de la enmienda que los prohibió en California, pero se mostraron cautos ante el papel que debe tener la máxima instancia judicial.
GARA | WASHINGTON
Ante cientos de personas, sobre todo partidarios de los matrimonios gays y defensores de la igualdad, el Tribunal Supremo (TS) de EEUU inició ayer dos días de audiencias sobre la legalidad de los enlaces entre personas del mismo sexo, a través de dos casos que mantienen en vilo al país ante la rápida evolución de la opinión pública, especialmente desde que Barack Obama expresara su apoyo el pasado mayo a estas uniones, y que está forzando a cambiar incluso al Partido Republicano.
Los nueve jueces del mayoritariamente conservador TS, donde predominan los católicos, escucharon ayer los argumentos a favor y en contra de la Propuesta 8, una enmienda a la Constitución estatal de California que prohíbe los enlaces gays y que fue aprobada en referéndum en 2008, seis meses después de que fueran legalizados.
Los magistrados cuestionaron ayer algunos de los argumentos de los defensores de la Propuesta 8, pero se mostraron cautos y divididos sobre el papel que el TS debe tener en el caso. Apuntaron incluso a la posibilidad de decidir que quienes llevaron el caso ante el Supremo -los defensores de la Propuesta 8, que fue declarada inconstitucional por una corte federal en 2010 y más tarde en apelación- no tenían base legal suficiente para apelar a la máxima instancia.
Esa opción daría validez al fallo de la corte inmediatamente inferior, lo que derogaría la Propuesta 8 y legalizaría otra vez las bodas gays en California, pero no tendría ningún efecto en el resto del país.
Así, los jueces expresaron dudas que permiten considerar improbable que el veredicto que emitirán en junio implique un cambio rotundo, como la legalización de esas uniones conyugales en todo el país.
Sometieron a un arduo interrogatorio a Charles Cooper, abogado de los defensores de la Propuesta 8, quien instó a los jueces a no mediar en «un asunto tan difícil» y permitir que sean los votantes de los estados quienes decidan si desean aprobar o no el matrimonio gay.
Mientras, el abogado que representa al Gobierno de EEUU ante el Supremo, Donald Verrilli, instó a los magistrados a decantarse por una opción más amplia, que legalizaría el matrimonio gay tanto en California como en los otros estados que permiten algún tipo de unión civil entre parejas del mismo sexo.
Pero varios magistrados expresaron dudas sobre si es justo revisar la posición de esos estados, que ya tienen políticas favorables a las parejas homosexuales, y no pronunciarse sobre aquellos que les prohíben todo tipo de reconocimiento, una posición «mucho más dañina» para los gays, en palabras del juez Stephen Breyer, informó Efe.
Otra posibilidad, en caso de que el TS considere inconstitucional la Propuesta 8, es que opte por extender esa medida a todas las enmiendas constitu- cionales estatales que prohíben el matrimonio gay.
El Gobierno de Obama pidió a finales de febrero al Supremo que declare la inconstitucionalidad de la Propuesta 8, una posición a la que se han sumado unas 200 empresas estadounidenses y decenas de líderes del Partido Republicano.
El Supremo estudiará hoy el otro caso, el de la Ley de Defensa del Matrimonio (DOMA), que define el matrimonio como la «unión entre un hombre y una mujer» e impide que los homosexuales casados donde este enlace es legal logren reconocimiento y beneficios fiscales a nivel federal. Esta ley fue promulgada en 1996 por el entonces presidente, Bill Clinton, quien a principios de este año se pronunció en contra de la ley que él firmó.
El debate no concluirá hasta junio, cuando se espera la decisión de la máxima instancia judicial estadounidense sobre ambas cuestiones.
Reconocer la legalidad del matrimonio entre personas del mismo sexo en EEUU corresponde estrictamente a la jurisdicción de los estados, puesto que la Ley de Defensa del Matrimonio (DOMA) promulgada por Bill Clinton en 1996 prohíbe expresamente hacerlo al Gobierno federal. Cada estado tiene su legislación y ello deriva en la existencia de tres grandes grupos. En los estados de Washington, Iowa, Nueva York, Maryland, Connecticut, Maine, Massachusetts, Nuevo Hampshire y Vermont y en el Distrito de Columbia, este enlace está legalizado. En otros diez -Delaware, Hawai, Illinois, Nueva Jersey, Rhode Island, California, Nevada, Colorado (a partir de mayo), Oregón y Wisconsin- se permite algún tipo de unión legal entre parejas del mismo sexo, aunque no el matrimonio, que está expresamente prohibido por ley o por la propia Constitución estatal en otros treinta: Alaska, Idaho, Wyoming, Montana, Dakota del Sur, Dakota del Norte, Utah, Nebraska, Arizona, Kansas, Oklahoma, Arkansas, Texas, Misuri, Misisipi, Alabama, Luisiana, Georgia, Florida, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Tennessee, Kentucky, Minesota, Virginia, Virginia Occidental, Ohio, Indiana, Michigan y Pensilvania.
Caso aparte es el estado de Nuevo México, que no tiene legislación que prohíba o reconozca este matrimonio.
Los primeros enlaces se produjeron en Massachusetts el 17 de mayo de 2004, el mismo día en que entró en vigor la nueva ley. Una de las parejas que se casó ese día fue la formada por Julie y Hillary Goodridge, cuya demanda, que llegó hasta el Tribunal Supremo estatal, derivó en la legalización del matrimonio homosexual. El último censo de 2010 determinó la existencia en el país de 646.000 hogares habitados por parejas del mismo sexo, no necesariamente casadas. GARA
El 57% de los estadounidenses aseguran tener un amigo o un familiar cercano homosexual, doce puntos más que en 2007, y el 58% apoya el matrimonio entre personas del mismo sexo, trece puntos más que hace seis años, según las últimas encuestas.
El hijo del senador republicano Rob Portman publicó ayer una columna en la que revela cómo declaró a su familia que es gay, lo que hizo que su padre abandonara la disciplina de su partido para apoyar los matrimonios entre personas del mismo sexo.
En la columna publicada en el periódico de la Universidad de Yale, Will Portman cuenta cómo su familia transmistió en el verano de 2012 ese anuncio -y su apoyo- al candidato presidencial republicano, Mitt Romney, que entonces estaba considerando a Rob Portman como su vicepresidente. Sin embargo, el respaldo del senador a su hijo y a los matrimonios entre personas del mismo sexo no se conoció públicamente hasta mediados de este mes.
Will Portman dijo haber sentido alivio cuando su padre no fue elegido como candidato para no tener que verse expuesto. GARA