GARA > Idatzia > Iritzia> De reojo

Raimundo Fitero

Paraguas

 

Alguien se preguntaba en una red social, ¿por qué llueve siempre en semana santa? Y lo que era un pequeño lamento prevacacional, se convierte en una retórica televisiva. Como urbanita recalcitrante, teniendo que mirar más al suelo para no pisar mierdas de perro, que al cielo por si avanza presagios, uno llega a la conclusión de que es en la primavera cuando acostumbra a llover. Es una de esas estaciones magníficas, que te ofrece todo a la vez, el sol, las nubes, las lluvias, el frío, la nieve dependiendo de la altura y hasta los primeros calores reconfortantes, y cuando entra el día de la palma tan adelantado en el calendario, más motivos para que haya precipitaciones de toda índole. O sea, llueve porque es la época de lluvias.

Por lo tanto estamos preparando para la reiteración de imágenes de lugares de veraneo con paisanaje con paraguas o chubasqueros contándonos su frustración, con explicaciones de hombres y mujeres del tiempo para intentar prevenir a los viajantes y los lugareños, de reportajes repetidos de la bajada de ventas en los chiringuitos playeros y así hasta la extenuación. Todavía no hemos visto la operación salida, pero ya hoy formara parte de los contenidos de los informativos. Se me olvidaba otro clásico, los llantos de cofrades, las escenas desoladoras de procesiones remojadas o suspendidas, todo un género que no varía, que se reproduce a sí mismo, que no hay manera de sacárnoslo de encima.

Como imposible es sacarse de nuestras pantallas a ciertos personajes que están causando mucho desequilibrio democrático. La huida hacia atrás, hacia el calvario franquista de las huestes del PP es cada vez más insoportable. Para estos enloquecidos aprendices de brujo todo lo que no sea sumisión es ETA. Y con ello crean el campo adecuado para todas las impunidades. La jugada de convertir en filo-etarras a los que protestan ante los políticos corruptos y bocazas del latrocinio orquestado por ellos mismos junto a los banqueros, es indecente. Pero la consigna es clara. Quieren el dinero, la calle y el silencio. Van a arrasar con todo, por lo civil o lo militar. No hay paraguas que nos salve de esta lluvia ácida antidemocrática.