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Muere Margaret Thatcher

Thatcher, una primera ministra temida y odiada, pero no querida

En vida y muerte, Margaret Thatcher es una figura conflictiva, y como contrapunto a los homenajes más o menos sinceros de los líderes políticos, aquellos que sufrieron por sus políticas también han hecho oir sus voces en las redes sociales, donde ya se convocan fiestas para celebrar la muerte de la Dama de Hierro, que con su imposición de la avaricia individual destruyó muchos de los valores sociales que enorgullecían a los británicos.

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Soledad GALIANA

A los muertos se les perdonan muchas cosas, pero los homenajes a la que fuera primera ministra británica Margaret Thatcher solo se pueden comparar al titular de un diario español que honró la muerte del ministro fascista Manuel Fraga en el que lo redefinía en muerte con lo que nunca había sido en vida: «padre de la democracia».

En el caso de Thatcher muchos han optado por obviar la mayoría de los detalles negativos de su carrera política para centrarse en lo poco que hizo bien, como el Acuerdo Anglo-irlandés -el caso del presidente irlandés, Michael D. Higgins- o por generalizaciones rústicas de borrón y cuenta nueva como «salvadora de Gran Bretaña» del actual primer ministro británico, David Cameron.

Sin embargo, aquellos que sufrieron bajo sus políticas y preceptos pueden «perdonar, pero no olvidar», como expresó el líder republicano irlandés Gerry Adams a los medios irlandeses. Thatcher es una figura odiada en Irlanda principalmente por su política de criminalización de los presos republicanos y que culminó con la muerte de diez presos durante la huelga de hambre de 1981, cuando se negó a negociar el estatuto político para los presos republicanos.

«Margaret Thatcher causó muchísimo sufrimiento a los irlandeses y británicos durante su mandato como primera ministra británica. -recordó Adams- Las comunidades de la clase trabajadora fueron devastadas en Gran Bretaña por sus políticas. Su papel en cuestiones internacionales fue igualmente beligerante... En Irlanda su adhesión a políticas militaristas draconianas prolongó la guerra y causó gran sufrimiento. Adoptó la censura, la connivencia y el asesinato de ciudadanos en operaciones clasificadas... Se la recordará especialmente por su vergonzoso papel durante las valientes huelgas de hambre de 1980 y 1981. Su política a irlandesa falló miserablemente».

Precisamente, en lo que se refiere a política internacional, Thatcher será por siempre recordada por la guerra de las Malvinas, y su autorización personal para el ataque contra el buque General Belgrano en 1982, que se saldó con el hundimiento del barco y la muerte de sus más de 150 ocupantes, a pesar de que la nave se encontraba fuera de la zona de combate y no contaba con armas.

Amiga de Pinochet

Thatcher fue una amiga personal del dictador Augusto Pinochet, al que visitó durante su detención en Londres acusado de crímenes contra la humanidad. Como la periodista británica Sophie Heawood recuerda: «Thatcher sobre el feminismo: `odio el feminismo, es venenoso'. Thatcher sobre Mandela: `Es un terrorista', Thatcher sobre Pinochet: `Bienvenido'». O como afirma el diputado y activista británico George Galloway: «Thatcher describió a Nelson Mandela como un `terrorista'. Espero que se queme en un fuego infernal».

Su política opuesta a las sanciones contra el régimen del apartheid en Sudáfrica extendió la vida del régimen de Pretoria, como recordó el hijo del que fuera presidente del Congreso Nacional Africano (CNA) Oliver Tambo. «Lo que recuerdo de ella es cuando dijo que mi padre era un líder terrorista. No creo que nunca llegara a comprender que cada día que se oponía a las sanciones, más gente moría y que lo mejor para esos `bienes' que quería proteger era la democracia». «Normalmente, cuando uno de nosotros muere, decimos que los ancestros del CNA le esperaran a las puertas del otro mundo para aplaudirle. Creo que es posible que cuando Margaret Thatcher llegue a la puerta, el CNA boicoteará la ocasión», declaró a «The Guardian».

Si a Thatcher no le importó alargar el sufrimiento de los sudáfricanos a cambio del beneficio económico, aplicó el mismo precepto a su política doméstica. Recordemos su famosa frase: «la sociedad no existe», y si existía Thatcher hizo todo lo posible para eliminarla.

Destrucción de los sindicatos

Chris Kitchen, secretario del Sindicato Nacional de Mineros recordó ante un canal televisivo que lo que Thatcher hizo con la minería «es imperdonable». «Hemos estado esperando durante mucho tiempo la noticia de la muerte de la baronesa Thatcher y no puedo decir que lo sienta. No siento ninguna compasión y no voy a derramar ninguna lágrima por ella. Hizo un daño incalculable a la comunidad minera. No creo que Thatcher reciba ninguna compasión de las comunidades mineras que diezmó, la gente que acabó en el paro, y el estado en el que dejó al país», acusaba Kitchen.

Por su parte, Denis Hopper, secretario general de la Asociación de Mineros de Durham, recibió la noticia como un regalo de cumpleaños en su setenta aniversario: «uno de los mejores cumpleaños que he tenido. No hay compasión por mi parte después de lo que le hizo a nuestra comunidad, la destrozó y destruyó nuestros pueblos y a nuestra gente. Estoy muy contento de haberla sobrevivido. Es un gran día para los mineros y me imagino que organizaremos una contramanifestación mientras celebran el funeral».

Si es así, los mineros no serán los únicos. El grupo anarquista War Class lleva planeando la celebración durante años y la convocatoria es para este sábado a las 18.00 en Trafalgar Square, pero ya en la tarde de ayer se anunciaban celebraciones en varias ciudades británicas.

Como primera mujer responsable del Ejecutivo británico -ninguna mujer ha sido elegida líder de partido desde su paso por la política-, Thatcher se ganó a pulso el alias La Dama de Hierro por su estilo dictatorial durante sus gobiernos. Nacida Margaret Hilda Roberts, el 13 de Octubre de 1925, adoptó el apellido de su marido, Dennis, cuya fortuna le permitió estudiar derecho. Thatcher fue la madre del capitalismo puro y duro y el neoliberalismo salvaje, con privatizaciones de servicios públicos y nuevos impuestos. Durante su gobierno se abolió la provisión del medio litro de leche diario que los alumnos de primaria recibían en la escuela, lo que le valió un segundo apodo: «la ladrona de leche».

Thatcher no dudo en usar su poder para intereses personales, como enviar a las tropas especiales británicas, SAS, a rescatar a su hijo, el mercenario Mark Thatcher, cuando se «perdió» en el norte de Africa en 1982 durante el Paris-Dakar. Fecientemente fue juzgado en Guinea Ecuatorial por su papel en la organización de un golpe de estado en ese país africano en 2004.

Derrocada por sus políticas

En 1989 Thatcher cavó su propia tumba con la introducción de la Carga Comunitaria, conocida como Poll Tax. Este impuesto sobre los ciudadanos para financiar las instituciones locales causó una serie de revueltas en Gran Bretaña que culminaron con la llamada Batalla de Trafalgar Square el 31 de marzo de 1989. Thatcher fue obligada a dimitir como líder de los conservadores y del gobierno en noviembre de ese mismo año. Finalmente, fueron sus propias políticas las que la derrocaron.

«Ella creó la crisis de la vivienda, la crisis bancaria y la crisis de las subvenciones de desempleo. De hecho, cada problema real que encaramos hoy es el legado del hecho de que actuó de forma equivocada», denunció el que fuera alcalde de Londres, Ken Livingston. Al final, son los compañeros de viaje los que definen a una persona, y el ultraconservador estadounidense Newt Gingrich escribió en Twitter que «Margaret Thatcher, el papa Juan Pablo II y Ronald Reagan cambiaron la historia. El mundo sería un lugar diferente sin ellos». Qué gran verdad.

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