¿Sabrá Osasuna sacar provecho de la marejada que gobierna el entorno malacitano a raíz de su eliminación europea o, por el contrario, será la escuadra navarra quién pague los platos rotos? Es el interrogante que planea en la previa de un choque al que los de Mendilibar, una vez más, llegan exigidos por su enésimo tropiezo casero.

Hace albergar esperanzas de obtener un resultado positivo tanto la mejor imagen que últimamente está dejando el cuadro rojillo lejos de El Sadar, como el que La Rosaleda se le ha dado bien en sus más recientes visitas. Los triunfos cosechados en el Ciutat de Valencia y el José Zorrilla así lo confirman, argumentados por el hecho de que fuera de casa «no tienes que llevar el ritmo del partido y dispones de más espacios», justificó José Luis Mendilibar.

Además, cada vez quedan menos oportunidades de sumar -habrá que ganar, como poco, tres de los ocho encuentros que restan- y el parón de los rivales que están por detrás -solo el Mallorca, primero, y el Depor, después, parecen haber despertado en parte- no va a durar siempre.

Manu Onwu, la novedad

La principal novedad de la lista confeccionada por el técnico zaldibartarra para afrontar el choque nocturno en Málaga fue la presencia de Manu Onwu. Desde que marcó su gol en Cornellà-El Prat, el delantero ribero apenas ha comparecido en las convocatorias siguientes, siendo uno de los habituales descartes del preparador osasunista.

Lo cierto es que ahora Mendilibar considera que la joven promesa puede aportar frente a lo que estimó una pareja de centrales rivales lentos y una defensa adelantada. Para sacar el máximo potencial de Onwu será necesario que el equipo lleve la iniciativa en el marcador.

El míster rojillo podría repetir el once que perdió frente al Espanyol, aunque las opciones son múltiples. Desde que Nano juegue en el lateral zurdo y Oier pase a la medular, hasta que Puñal o Raoul salten de inicio, e incluso que haya sorpresas con Masoud y Onwu en el once.