En su último Consejo de Administración, Bilbao Ría 2000 adjudicó a la empresa Técnicas y Proyectos SA (Typsa) la dirección de obra y apoyo a la asistencia técnica a las obras de urbanización de Garellano, por un importe de 59.475 euros, impuestos excluidos, que se ejecutará en dos fases.

Antes de la toma de esa decisión, el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro (COAVN) interpuso un recurso de reposición contra este concurso, al estimar que esa licitación estaba dirigida a determinadas empresas concretas.

No es la primera ocasión en que arquitectos y otros agentes cuestionan el modo en que la sociedad interinstitucional saca a concurso diversos proyectos de obra pública. El último conocido es el de la urbanización de Garellano que, por cierto, fue desestimado por un escrito rubricado por el director general de Bilbao Ría 2000, que defiende que sus licitaciones se ajustan a la Ley de Contratos del Sector Público.

El Colegio de Arquitectos alegó que los interereses de los profesionales se veían atacados por dicha convocatoria, por lo que reclamó su anulación y otros pliegos.

Se apunta a que las condiciones mínimas de solvencia económica, financiera y profesional resultaban «excesivamente elevadas», lo que «afecta negativamente a la correcta concurrencia» en la licitación. Entienden que, con las exigencias de Ría 2000, solo pueden presentarse grandes firmas.

Tampoco se pasa por alto que se fije como prioridad del comité evaluador inclinarse por la propuesta más económica, en vez de apostar por aquella en la que prime la solvencia técnica.

Para la sociedad, «la exigencia de solvencia establecida en los pliegos no provoca obstaculización alguna a la libre competencia -como se afirma en el recurso del Colegio de Arquitectos- sino que pretende exclusivamente que los licitadores cuenten con la necesaria capacitación y aptitud para la prestación del objeto del contrato». Además, defienden que el comité de evaluación opte por la propuesta más barata.

Asimismo, Bilbao Ría 2000 apela «al interés público y social» de la operación de Garellano, pues un retraso pudiera afectar negativamente a diversos intereses relacionados con el desarrollo urbanístico de la zona y de la ciudad.

La pretensión de la sociedad es que la primera fase de la urbanización comience en mayo, que consiste en las zonas comunes de Garellano como son las redes de servicios que discurrirán paralelas a la calle Gurtubay, sin olvidar los rellenos del futuro parque público. Ese área de esparcimiento se emplazará en el extremo de la parcela más próximo a Luis Briñas y a los bloques de las antiguas viviendas de los militares.