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«Los islamistas podrían ser magníficos personajes para una comedia»

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Mathias Énard

Escritor

Escritor, profesor de árabe y viajero, Mathias Énard (Niort, Estado francés, 1972), con media docena de novelas premiadas, acaba de publicar «La calle de los ladrones» (Mondadori), finalista del premio Goncourt 2012. Este es un relato donde se mezcla la actualidad política del Magreb y del Estado español con la novela negra y los libros de viajes. Una buena oportunidad para disfrutar de la lectura.

Alvaro HILARIO | BILBO

Terminada la lectura de «La calle de los ladrones» (Mondadori, 2013), uno se abandonó al ejercicio de imaginar cómo sería Mathias Énard. A la vista de su curriculum (media docena de novelas premiadas, profesor de árabe en la Universidad Autónoma de Barcelona, viajero), los datos sobre el Magreb que aporta a la narración y la fina crítica a movimientos políticos de ambas riberas del Mediterráneo, recreé la figura de un joven circunspecto, serio y poco amigo de las bromas. Cálculos fallidos. Énard es un joven amable, dinámico, divertido y un gran conversador

Su libro se lee muy bien.

El libro está pensado para eso. Es un relato que está entre la novela negra -con su contenido de suspense-, pero que también tiene su lado social. También es una novela de iniciación, de paso a la edad adulta. Y una novela de viajes. Antes de empezar, pensaba en estos elementos y la novela es un cruce de los tres. Otro punto importante del libro es la relación que tiene con la actualidad: se escribió durante los años 2011 y 2012, un elemento clave en la novela, esa mezcla con lo real y la actualidad.

Aprovecha este viaje iniciático entre Tánger y Barcelona para dar información sobre muchos asuntos. Imagino que habrá también rostros y personas detrás de lo que escribe.

Digamos que corresponde a personas reales, pero no solo a una. Es una mezcla de personas de Tánger y Barcelona que he conocido, que me han contado su vida. Creo que el personaje, el narrador del libro, vive en todas esas voces, desde esas voces, porque está a caballo entre la vida canalla, propia de la novela negra, y también de otro tipo de narración más reflexiva propia de alguien mayor que él.

Hace un tiempo, en una entrevista, Santiago Alba Rico me decía que en la raíz de las primaveras árabes estaba una juventud sin futuro ni esperanza, cansada de ser ninguneada y de ser torturada en todos estos regímenes totalitarios.

Mi personaje es un ejemplo claro de esto que dices. Pertenece a la generación que hace la revolución porque hay una esperanza de futuro. El personaje, Lajdar, es un homenaje a esta generación, que no es una generación perdida: es la que toma su destino en sus manos, algo que coincide con el advenimiento de la revolución. Es cierto que hasta ahora la juventud había estado muy castigada por el ambiente social, por la represión política y, sobre todo, por la ausencia de esperanza. Al final, el futuro les marca que van a vivir tan mal como sus padres.

Me sorprende toda la información que da sobre el Marruecos de hoy, sobre el día a día, la situación económica, social y política.

Doy una visión muy realista de cómo se vive, hoy por hoy, en Tánger, cómo se vive en el norte, cómo viven los jóvenes de clase media, es decir, jóvenes con trabajo. Todo el norte de Marruecos y la ciudad de Tánger han cambiado mucho en los últimos años porque el rey anterior, Hassan II, había abandonado a su suerte toda esta zona; no le gustaba el norte. Su hijo, en cambio, ha vuelto a invertir en toda esta región, convirtiéndola en una de las zonas más dinámicas de Marruecos: la nueva y enorme zona franca, el nuevo puerto en el Mediterráneo (Tánger-Med) a 20 km. de la ciudad... Es decir, a nivel económico es una ciudad en pleno boom, con todos los problemas que esto conlleva (urbanísticos, viviendas, tráfico, etcétera),pero es una ciudad muy dinámica.

Los que no salen bien parados son los grupos islamistas. Me recuerda a «Paradise now».

Los islamistas, para algunos, puede que sean peligrosos, pero también podrían ser magníficos personajes para una comedia, porque obviamente, en especial los salafistas, quieren hacer creer que se puede volver a vivir como en el siglo VII, lo cual no es tan fácil. Las diferencias entre la realidad y sus aspiraciones siempre son algo divertido y, por contra, muy triste cuando entran en la violencia política, algo que sucede cada vez con más frecuencia.

También da el contrapunto de la juventud catalana, a través de Judit, de clase media acomodada venida a menos y con una vida vacía, también carente de sentido o futuro. Critica duro a los sindicatos, a los indignados.

Sí, de hecho me imaginé cómo un joven árabe, llegado de una revolución, podía ver a los españoles, a lo que estaba pasando. El movimiento de los indignados, por ejemplo, tomó muy rápidamente una postura en contra de la propia sociedad democrática, de las reglas de la democracia parlamentaria. Ahí, el movimiento se encontró en un brete: los parlamentarios les dijeron que ellos tenían el mandato del pueblo para representarlo. Así, los indignados se encontraron entre dos aguas: un lado muy político, con directrices políticas respecto a temas como la representación o el estado y, por otro, una democracia parlamentaria que les restaba espacio en esta reivindicación. También, en cuanto a lo económico, toparon con los sindicatos -en el principio no les apoyaban y, luego, cambiaron-, quienes dicen que ellos representan a los trabajadores. El movimiento queda sin saber muy bien cómo podía evolucionar. Ahora, con todo el tema de los desahucios, parece que han cambiado un poco el rumbo; pero creo que esto solo es una gran refundación, reformulación, de la política en general, de cómo funciona España; y, en este contexto, los indignados, jóvenes en su mayoría, son una voz más.

Leído el libro, una de las conclusiones posibles es que, tanto en Europa como en Sudamérica o en el Magreb, somos conscientes de que la repetición de viejos esquemas o modelos no sirve, no es válido; hay que intentar e inventar cosas y, por eso mismo, afrontar nuevos horizontes. Lo desconocido nos genera desazón, quizás ansiedad o angustia vital.

Creo que siempre es así... Estamos en un momento difícil pero, a la vez, clave para, por ejemplo, revisar las relaciones que tenemos con nuestro propio Estado, que se nos escapan, van más allá, a Europa. Las cuestiones económicas, ¿hasta qué punto nos modelan y son nuestras aspiraciones? Todos estamos formados y deformados por la economía, el Gobierno está más pendiente de lo que dice el FMI o el BM que de sus propios ciudadanos; las presiones económicas hacen que nos preguntemos dónde se encuentra, dónde reside el poder real. Sin saberlo, se nos hace difícil cambiar las cosas, contra qué o quién tengo que luchar. Si no ubico las sedes del poder real, no sé quien manda de verdad.

JUVENTUD ÁRABE

«El personaje, Lajdar, es un homenaje a esta generación, que no es una generación perdida: es la que toma su destino en sus manos, algo que coincide con el advenimiento de la revolución»

Kathleen Winter-en «Annabel» euskarara ekarri du Josu Zabaletak

Kanadako Labradorreko kostaldean kokatzen da Kathleen Winter-en «Annabel» nobela. 1968an haur bat jaio da, hermafrodita da, eta gurasoek mutil bezala heztea erabakiko dute, bere ezaugarriak sekretuan gordez. Baina nerabezaroarekin batera, bere alde femeninoa deskubrituz joango da, Annabel izenarekin eta izanarekin identifikatuz. «Ez da neska eta ez da mutila, hermafrodita da, neska eta mutila da. Ez hori bakarrik, bere buruaz haurdun gelditzen da momentu batean», azaldu zuen Josu Zabaletak. Berak itzuli du euskarara eta Erein argitaletxeak argitaratu du, baita gaztelaniazko bertsioa ere, Anna Salamerok itzulia.

Bere egoera gogorra izateaz gain, giro gogor batean bizi da istorioko protagonista, Labrador eta Ternua inguruan. «Gogorra da bai geografikoki eta baita gizartearengatik ere. Muturreko kasu bat da, geografikoki muturreko toki batean, muturreko gizarte batean», azaldu zuen Zabaletak atzo egindako aurkezpenean. «Hermafrodita jaiotzen da eta mutiko bezala hazi nahi dute gizon izatea oso garrantzizko eta oso markatua den egoera batean. Ehiztariak dira inguruko guztiak eta oso egoera gogor batean, gizon izatea eta emakume izatea erabat ezberdina den gizarte batean», erantsi zuen. Gizartean neska bezala funtzionatzera pasatzen da Annabel eta horretarako gizarte modernoago batera alde egin beharko du. «Generoa planteatzen da, baina batez ere generoaren onarpena. Kasu honetan generoa ez da existitzen, generoak dira».

«Aldaketa hori dena ikusten da liburuan», esan zuen Zabaletak eta horrexegatik, liburua gazteei gomendatu zien batik bat, «bizitzan aldaketa asko izan behar dituztenak» direlako.

Kathleen Winter Britainia Handian jaio zen baina txikitan joan zen Labradorrera bizitzera. Gidoilari lanetan aritu izan da. Bere lehenengo liburuak, «BoYs», Kanadako hainbat sari irabazi zituen 2006 eta 2007an. A. ARRUTI

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