EEUU se queda solo al apoyar a la oposición y no reconocer a Maduro
Washington queda aislado en su intento de secundar la estrategia de la oposición venezolana de no reconocer la victoria electoral de Nicolás Maduro. Incluso la OEA, que en un principio se mostró reticente, ha terminado por secundar la posición de la mayoría de países americanos. Estaba previsto que Capriles presentase su impugnación a última jornada de ayer, después de suspender la marcha hacia el CNE.
Alberto PRADILLA | CARACAS
Estados Unidos se queda solo en su apoyo a la estrategia de la oposición venezolana de no reconocer la victoria de Nicolás Maduro en las elecciones del pasado domingo. Tras la ofensiva de las primeras jornadas, la mayoría de la comunidad internacional ha avalado el resultado de los comicios, por lo que Washington aparece como el último aliado del excandidato Henrique Capriles. A falta de dos días para que Maduro tome posesión como jefe de Estado, el líder de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) todavía no había registrado la impugnación del escrutinio. Después de suspender la marcha con la que tenía previsto asediar la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Caracas, estaba previsto que Capriles presentase la queja formal a lo largo de la jornada. No obstante, Tibisay Lucena, presidenta del órgano rector, que es la institución que tiene competencias en esta materia, ya ha dejado claro que no pondrá en marcha un recuento voto a voto tal y como exigen los derechistas.
«El intervencionismo de EEUU en los asuntos internos de Venezuela durante todos estos últimos meses y, particularmente, durante la campaña electoral fue brutal, vulgar», denunció el presidente electo, Nicolás Maduro, durante una rueda de prensa. El jefe de Gobierno denunció la alianza entre la Casa Blanca y Henrique Capriles para poner en cuestión los resultados electorales. Un hecho que ha quedado en evidencia después de que Washington se quede aislado en su intento de no aceptar el triunfo chavista hasta que no se cumplan las exigencias opositoras. Tras los primeros días de incertidumbre, incluso la Organización de Estados Americanos (OEA), así como el Estado español o el francés han terminado legitimando el triunfo de Maduro, tal y como lo hicieron antes los miembros de Unasur o los observadores internacionales.
Responsabilidad
Mientras, en Venezuela, la ofensiva opositora pierde fuelle, al tiempo que crecen las voces que exigen que Capriles responda por las víctimas de la ola de agresiones del pasado lunes. «El origen de los hechos violentos que se han suscitado en los últimos días se inició por parte de un candidato (Capriles) que hizo la solicitud de un conteo manual de 100% de los resultados electorales. Hasta este momento, no ha recurrido a los órganos correspondientes para solicitar este conteo manual», remarcó ayer Luisa Morales, presidenta del Tribunal Supremo.
A la espera de que Capriles presentase su impugnación, algo previsto para última hora de ayer, Maduro comienza a gobernar. Según anunció, el lunes iniciará con su Ejecutivo una ruta por todo el país para profundizar en la participación.
Venezolanos que residen en Euskal Herria denunciaron ayer la actitud «antidemocrática» de Capriles y denunciaron la ola de ataques protagonizados por la oposición, censurado la primera reacción de Madrid ante los comicios
«El presidente de Venezuela es Henrique Capriles, no Maduro», afirma Zenaya Guzmán, una trabajadora del Ayuntamiento de Chacao (este de Caracas, gobernado por la oposición), durante la cacerolada desarrollada el martes a partir de las 20.00 horas (2.30 horas en Euskal Herria) para instar al recuento voto a voto. La decisión del líder de la derecha de suspender la marcha prevista para el miércoles hacia el CNE redujo la protesta al sonido metálico de las ollas, que se concentraron en el este de la capital venezolana. Los seguidores de la MUD fueron disciplinados. Apenas 24 horas antes habían protagonizado una ola de ataques que costó la vida a ocho personas, después de que ayer se anunciase el fallecimiento de Rosiris del Valle, tiroteada el lunes cuando protegía un CDI (centros médicos gestionados por doctores cubanos) en el municipio de Baruta, en el Estado de Miranda. El martes, en cambio, la mayoría de ellos mantuvo la protesta desde sus ventanas. Apenas unos grupúsculos salieron a la calle en Altamira, su principal feudo. No obstante, para las 23.00 horas (5.30 horas en Euskal Herria), todos habían regresado a sus domicilios.
La ofensiva opositora ha encontrado respuesta en las filas chavistas. El lunes, por ejemplo, mientras que los grupos de la derecha protagonizaban sus ataques, cientos de vecinos del barrio 23 de Enero realizaron una improvisada marcha hasta Miraflores. Desde el martes, Nicolás Maduro convocó a «cohetazos» e instó a contrarrestar las cacerolas de Capriles con música de Ali Primera, histórico trovador revolucionario y canciones de apoyo al proceso bolivariano. A. PRADILLA
