Los cinco están acusados de un delito de «atentado contra el derecho al trabajo» tras verse envueltos, mientras participaban en la manifestación de la tarde, en un incidente con los propietarios de un establecimiento hostelero de la calle Estafeta de Iruñea que permanecía abierto en la jornada de huelga.

«Una huelga general es un momento en el que la clase trabajadora sale a la calle para decir basta ante todo lo que tiene acumulado encima. Generalmente, suele ser un día bastante caliente. Ese día se protestaba frente al Gobierno español, que quería impulsar una reforma laboral criminal. La clase trabajadora dijo basta», subraya Salinas, que destaca que lo que sucedió en la calle Estafeta fue un incidente más de los muchos que se registraron durante la jornada de huelga y que tuvo lugar al final de la misma.

«Hay unas personas que están dentro del establecimiento y hay una discusión que, por una cosa o por otra, va un poco más allá. Pero no fue algo extraordinario. De hecho, en las imágenes de TV pueden verse cosas mucho más graves, por ejemplo en Madrid, y no se llega hasta este punto de represión», añade.

El propio Salinas, durante su declaración ante el juez, calificó de totalmente desproporcionada la imputación a la que tienen que hacer frente. «Ese mismo día vimos violencia policial grave. Hubo heridos, coacciones por parte de los empresarios a los trabajadores y no se abrió ningún tipo de investigación. Sin embargo, nuestro caso les sirvió para abrir los periódicos con una redada policial mediática», denuncia.

Un mes después

Igor Aoiz destaca que las detenciones se produjeron un mes después de los hechos, basándose en imágenes de vídeo y fotografías y después de que el dueño del establecimiento presentase una denuncia. En este sentido, subraya que si el incidente hubiera sido realmente excepcional, la detención se habría producido en el momento de los hechos y no un mes después.

«Empezaron con una detención y posteriormente siguieron hasta llegar a varias redadas con un balance de 74 personas detenidas por diferentes huelgas que ha habido en los últimos dos años», explica Aoiz.

Salinas, por su parte, califica de «paranoico» el atestado elaborado por la Brigada de Información de la Policía española. «Intentan situar todos los incidentes que hubo ese día en una estrategia de la izquierda abertzale», señala.

Junto a ello, los imputados consideran que el juicio en el que se han visto inmersos, junto a otros de características similares, responde a una estrategia del Estado para atemorizar a la clase obrera e intentar coartar el derecho a la huelga. En este sentido, señalan que la Fiscalía General del Estado ha dado instrucciones para reprimir con dureza las huelgas.

«Están utilizando la Policía al máximo y ahora han optado por emplear la judicatura. Han intentado poner en marcha a los jueces, pero les ha salido mal en Gernika. Y en Iruñea también les va a salir mal. Nuestro objetivo es cerrar definitivamente esa vía para que no puedan seguir por ese camino», señala Salinas.

«Lo que buscan está claro: quieren parar las huelgas generales y futuras movilizaciones que pueda haber. Además del caso de Gernika, existen también otros en Barcelona o Logroño. Hay una estrategia diseñada desde Madrid contra todas estas movilizaciones y huelgas ante la constatación de que cada vez es más necesario que nunca salir a la calle», destaca Aoiz.

«El Estado es incapaz de resolver la situación que generan cinco millones de parados. Han abaratado el despido, han hecho una brutal reforma laboral para acabar con la negociación colectiva. Son incapaces. No han creado empleo, sino que hay un millón más de parados. Y han optado por la represión y los juicios para amedrentar», señala Salinas.

Solidaridad

Para hacer frente a esta oleada represiva, consideran imprescindible la movilización popular y ponen como ejemplo lo sucedido en Gernika. «Nos ha sorprendido la solidaridad que hemos recibido en Iruñea. La herramienta que tenemos la clase obrera son las huelgas y la solidaridad. Es el camino que hay que seguir para cerrar la vía que quieren abrir con estos juicios», destacan.

Además de la movilización de hoy a las 20.30, que partirá desde la Plaza del Castillo de Iruñea, el día del juicio, el 29 de abril, partirán tres columnas desde Burlata, Mendillorri y Barañain a las 10.00 para acompañar a los enjuiciados hasta la Audiencia de Iruñea.

«Nos intentan meter cuatro años de cárcel, lo que te condiciona toda tu vida. Pero tenemos claro que si ahora cerramos esta vía no van a poder seguir utilizándola. Al final, lograremos una victoria de la solidaridad con la absolución», añaden.