Después de la filípica de Ettore Messina en sala de prensa después del 93-72 del tercer partido, es más que evidente que el CSKA de Moscú de esta noche no se parecerá en nada al del miércoles. El Caja Laboral Baskonia necesitaba un milagro para seguir vivo en la Euroliga y lo halló en dos cuartos saldados por un parcial de 55-25.

Los 12.089 espectadores congregados se llevaron un necesario baño de alegría y moral, incluyendo en la terna al presidente baskonista. Josean Kerejeta opinaba que el partido del miércoles fue «un rearme de moral para el equipo».

El presidente de Saski Baskonia reconocía que su equipo «necesitaba» un triunfo en la serie para lavar la imagen de los dos pobres partidos perdidos en Moscú y «demostrar» de este modo que el Caja Laboral Baskonia sigue a un «alto nivel entre los mejores» equipos de Europa.

El presidente baskonista no dejaba de tener los pies en el suelo y por ello consideraba «difícil» repetir esta noche el excelente rendimiento de los de Tabak, aunque remarcaba a su vez que tras lograrlo una vez podría volver a repetirse.

Nombres propios

Como si de la ley de los vasos comunicantes se tratara, varios nombres propios elevaron su nivel en el tercer partido de la serie, mientras que otros decayeron hasta casi desaparecer.

Así, jugadores como Thomas Heurtel o Nemanja Bjelica ofrecieron sus mejores caras, mientras que Kaun o Khryapa pasaban totalmente desapercibidos, ya que no pudieron ofrecer ni puntos ni rebotes.

Otros como Nocioni, en cambio, daban el punto de garra preciso. Enzarzado en una leve tangana con Teodosic, aunque se ganó la técnica, el de Santa Fe no perdió la concentración, algo que será indispensable que se repita en el día de hoy, ante un rival mejor preparado.