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CRÓNICA | Movilizaciones tras los arrestos en Donostia

El muro popular se planta ante las verjas de la prisión de Martutene

Han pasado casi dos semanas plenas de intensidad desde que el pasado día 8 se dio a conocer la sentencia del Tribunal Supremo contra ocho jóvenes donostiarras. Trece días que tuvieron ayer un punto y seguido con una marcha hasta la cárcel de Martutene.

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Imanol INTZIARTE

La cita era a las once de la mañana en el Boulevard, en esa pequeña explanada junto al kiosko rebautizada como Aske Gunea. Las conversaciones tenían como único tema la experiencia vivida la víspera, cuando dos centenares de ertzainas tuvieron que sudar de lo lindo para desalojar uno a uno a los cientos de jóvenes -y no tan jóvenes- que protegían con la única fuerza de su solidaridad a seis de los ocho condenados.

Satisfacción, porque si bien es cierto que hay seis presos más en las prisiones, ganaba la sensación de que se han puesto los cimientos para decir que no, que ya basta, que ni uno más. O que al menos será a costa, para quien tome parte en las detenciones, de un brutal desgaste de imagen ante buena parte de la ciudadanía.

Cabía esperar, tras escuchar la víspera a algunos responsables políticos donostiarras, que el Boulevard se asemejase a ese territorio en el que las huestes de Atila no dejaban crecer la hierba. Sin embargo, el lugar amaneció con las carpas recogidas, las pancartas retiradas, el suelo limpio y las flores intactas.

Destacaba la nutrida delegación de la Diputación de Gipuzkoa, con la presencia entre otros de los responsables de Hacienda (Helena Franco), Administración y Función Pública (Garbiñe Errekondo), Innovación, Desarrollo Rural y Turismo (Jon Peli Uriguen) y Política Social (Ander Rodríguez).

Este último ejerció como portavoz para expresar la solidaridad de la institución foral con los arrestados y reclamar al Ejecutivo de Lakua que «no ejecute sentencias injustas».

Rodríguez dio lectura a un comunicado en el que tildó de «inaceptable» que se produzcan condenas «por llevar a cabo un trabajo político y por pertenecer a organizaciones políticas», algo aún más grave «en estos nuevos tiempos».

Tampoco faltaron otros rostros conocidos como la concejal donostiarra Nora Galparsoro o el representante de la izquierda abertzale Joseba Álvarez, muy activo la víspera durante el desalojo policial.

A la espera

La atención se centró a renglón seguido en decenas de jóvenes imputados que están a la espera de sentencia o de juicio. Se sentaron en el suelo y tras ellos lo hicieron todos los presentes, formando una imagen que ya se está conviertiendo en clásica. Urko Pikaza, uno de los absueltos en esta última causa, les cedió simbólicamente el testigo, no sin antes agradecer la solidaridad recibida durante las últimos jornadas.

A su juicio, ello ha permitido pasar de los sentimientos negativos que se generaron al conocer la sentencia a una sensación positiva porque «ha sido un logro increíble construir este muro para denunciar las vulneraciones de derechos. Este lugar se ha convertido en un símbolo de la resistencia civil. Esto no ha acabado, la lucha sigue porque vendrán nuevos juicios».

Para dar testimonio de ello tomaron el micrófono Aitziber Plazaola, de Bergara, e Ibai Esteibarlanda, de Abadiño, imputados en diferentes causas también por su militancia en organizaciones juveniles.

Ambos mostraron su satisfacción por la respuesta popular y apuntaron que «la desobediencia es la herramienta contra estas leyes injustas», por lo que llamaron a «seguir alimentando» el muro construido en estas dos últimas semanas. «Es hora de vaciar las cárceles, no de llenarlas», subrayaron.

Quince minutos antes del mediodía arrancaba la marcha hacia Martutene, enfilando la calle Hernani mientras se coreaba «Ez gaituzue, geldituko». Sin pancarta, los integrantes de la primera fila caminaban con los brazos entrelazados.

Por delante, una «escolta» formada por un coche y cuatro furgonetas de la Ertzaintza abría camino, mientras que la Policía Municipal gestionaba el tráfico. Tras recorrer la Avenida cruzaron el Urumea por el puente de Santa Catalina, para atravesar el vial elevado de Atotxa y llegar a la calle Duque de Mandas.

Eran en torno a un millar de personas, a las que se fueron sumando más por el camino -sobre todo en Egia y Loiola- y las que aguardaban junto a la prisión. Además de los lemas habituales a favor de la juventud y de los presos no faltó la mención al Ejército español al paso por delante de sus cuarteles. «Militarrik gabe, askoz hobe», se gritaba antes de Txomin.

En ese punto, las dotaciones de la Policía autonómica hicieron mutis por el foro y se dirigieron veloces hasta la instalación penitenciaria, para tomar posiciones al otro lado de la valla. Cabe decir que hasta ese momento su presencia había sido deliberadamente ignorada y que continuó siéndolo cuando la marcha pasó por delante de la entrada principal del recinto.

Habían transcurrido setenta minutos desde la partida cuando la cabecera llegó al polígono industrial que linda con uno de los laterales de la cárcel. Allí, en el aparcamiento, se instaló un sistema de megafonía para proceder al acto final.

Alejados desde el primer día

Los seis detenidos la víspera ya no se hallaban tras los muros, puesto que fueron rápidamente trasladados hasta Zaballa (Araba) y Basauri (Bizkaia), dejando al desnudo el principal objetivo de la dispersión, alejar a los represaliados de sus familiares y allegados para evitar que cuenten con cualquier muestra de solidaridad o afecto.

Sí se dejaron notar otros presos, como el que agitó a través de los barrotes una camiseta verde en pro de la oficialidad de las selecciones. Y en una de las celdas apareció Ekaitz de Ibero, el primer detenido en este operativo, el pasado día 10.

Consignas como «Jo ta ke irabazi arte» o «Borroka da bide bakarra» se iniciaban a un lado de los muros y encontraban eco en el otro. De dentro hacia fuera, de fuera hacia dentro.

Tomaron la palabra en primer lugar dos representantes de Yesca, organización juvenil castellana, que leyeron un texto suscrito por colectivos de Galiza, Asturias, Andalucía, Castilla, Cantabria, Aragón, Catalunya, Colombia, Sahara, Irlanda, Dinamarca y Noruega.

En el documento se remarca que estas condenas llegan «por defender un proyecto político que aspira a la independencia y a la justicia social», y se recuerda que «no se trata de un caso aislado» porque «existen actividades políticas y sociales supuestamente permitidas en democracia que son castigadas».

Los firmantes subrayan que frente a la apuesta de la izquierda abertzale, el Estado español «sigue empeñado en mantener una situación de excepción y de violencia». Por ello, apelan a la solidaridad entre los pueblos y llaman a «pasar al compromiso personal y colectivo en la defensa de nuestros derechos», tal y como han hecho miles de personas en las últimas jornadas.

Con la voz rota cerró el acto Txerra Bolinaga (Eleak), quien hizo un repaso en primera persona, con imágenes como la rueda de prensa del día 9, en la que los condenados rompieron en pedazos la sentencia y la arrojaron al aire como muestra de rechazo. Recordó asimismo la violenta actuación policial en la detención de Ekaitz De Ibero, un día después.

Han sido casi dos semanas en las que se han celebrado charlas, conciertos, talleres, contactos con personalidades de diversos ámbitos... Una ola creciente que a su juicio obligó a la Ertzaintza a acelerar su operativo antes de que llegara el fin de semana. «Se han asustado y han pasado a la ofensiva. Aunque han detenido a seis jóvenes, hemos ganado, porque frente a su violencia hemos respondido masivamente por la vía de la desobediencia civil y la resistencia».

Bolinaga concluyó llamando a otros agentes, y en especial al PNV, a que se sumen a esta dinámica y tomen parte en la construcción de ese muro popular.

Cortes, pintadas...

La Ertzaintza detuvo a primera hora de la mañana a cuatro personas en el alto de Miracruz (Donostia), cuando trataban de cerrar el tráfico. Según informó Txerra Bolinaga, estaba prevista su puesta en libertad por la tarde. En la localidad alavesa de Erriberabeitia cortaron las contrapesas de la catenaria del trazado ferroviario.

Hubo pintadas en algunos batzokis como el de Barakaldo o el del barrio donostiarra del Antiguo. En Iruñea una cadena humana rodeó la delegación del Gobierno.

basauri y gasteiz

Para hoy se ha convocado una marcha desde Basauri a la cárcel (11.30), donde fueron trasladados el viernes Mikel Arretxe y Oier Lorente. Mañana Ernai ha organizado una manifestación en Gasteiz, que partirá a las 19.00 desde la Virgen Blanca.

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