Los Verdes alemanes cerraron ayer su congreso electoral con un giro a la izquierda y apostando por subir los impuestos a los ricos, a modo de desafío a los sondeos que les señalan como socios de la canciller, Angela Merkel. «Es tiempo para el cambio verde», fue el eslogan del congreso, en el que la cúpula bicéfala verde -sus presidentes Claudia Roth y Cem Özdemir- y el dúo que encabeza la lista electoral -Jürgen Trittin, exministro de Medio Ambiente, y Katrin Göring Eckadt- apostaron por el retorno al poder de una alianza roji-verde como la que gobernó, entre 1998 y 2005, y por la reinstauración de la justicia social que consideran le falta a la Alemania de Merkel.

El Congreso recibió entre ovaciones al líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel. Era la primera vez que un líder del SPD era aclamado en un congreso de los Verdes, formación que tras la derrota de Schröder sufrió para rehabilitarse ante el electorado.

Los congresistas respaldaron sin fisuras las mociones de sesgo más izquierdista -subida fiscal a los ingresos más altos, del 42 % actual al 49 %, o implantación de una tasa al patrimonio. Se aprobó, asimismo, la introducción de un salario mínimo interprofesional y medidas contra la precariedad laboral y contra la especulación inmobiliaria, factores que hasta poco apenas afectaban al ciudadano y que han irrumpido con fuerza en la Alemania de hoy.

El congreso insistió en la denuncia de la creciente brecha social de la que responsabiliza a Merkel y dedicó espacios más o menos rutinarios a sus temas de siempre, como la defensa medioambiental.

El objetivo es, en palabras de Trittin, lograr el relevo del actual Gobierno entre la CDU de Merkel y el Partido Liberal (FDP) y colocar el «sello verde» a la política directriz de la primera economía europea.

Sondeos

Trittin, como Özdemir y Roth, rechazaron toda posible alianza con la CDU y sobre todo con su hermanada CSU, partido sacudido por múltiples escándalos de amiguismo y corrupción.

Pero, por encima de las proclamas contra Merkel y de lealtad al SPD, los sondeos no apuntan a una mayoría suficiente ni para la coalición de centro-derecha ni para una alianza roji-verde.

Este factor, unido a las afinidades entre Merkel y Katrin Göring Eckadt, representante del sector más conservador del ecopacifismo, han dado alas a la teórica fórmula contranatura.