El primer ministro sirio, Wael al-Halqi, salió ileso de un atentado contra su convoy en el centro de Damasco, que causó al menos seis muertos, entre ellos uno de sus guardaespaldas, según el balance ofrecidos por la televisión pública «Al-Ijbariya».

El atentado se produjo cerca de un jardín público y una escuela en Mazzé, el barrio ultraprotegido del centro-oeste de la capital siria que alberga varias embajadas, edificios gubernamentales y sedes de los servicios de seguridad, además de servir de residencia a muchos responsables gubernamentales.

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, señaló que «todo apunta a que el explosivo fue activado por control remoto» y aseguró que un segundo guardaespaldas del primer ministro y su chófer estarían en estado crítico.

En su pagina web, la televisión pública mostró imágenes del primer ministro Al-Halqi, con aparente buen aspecto, durante una reunión con el comité comercial del Consejo de Ministros en las que aparecía departiendo con otros responsables.

Desde agosto de 2012

Al-Halqi fue nombrado primer ministro el 9 de agosto de 2012, tras la renuncia de su predecesor, el suní Riad Hijab, en protesta por la represión del régimen contra la revuelta iniciada en marzo de 2011.

Días antes de su nombramiento, el 18 de julio del año pasado, una brigada rebelde atentó contra la sede de la Seguridad Nacional en Damasco en un ataque con el que buscó descabezar la cúpula de la Defensa siria.

El último atentado en Damasco tuvo lugar el pasado 9 de abril, dejando un saldo de 15 víctimas mortales, según el balance de medios oficiales.

El atentado coincide con la polémica en torno al uso de armas químicas en la guerra siria. Rusia ha advertido de una posible repetición de las mentiras sobre Irak para justificar una intervención en Siria.