CRíTICA: «El ejercicio del poder»
«Si no soportas el calor, sal de la cocina» (Harry Truman)
Mikel INSAUSTI
La frase histórica del titular es atribuida al presidente estadounidense Harry S. Truman, aunque en «El ejercicio del poder» el Ministro y su Consejero, papeles respectivamente interpretados por Olivier Gourmet y Michel Blanc, discuten sobre su autoría, dudando entre De Gaulle y Churchill. Para el caso da igual quien la dijera, ya que recientemente la utilizó Hillary Clinton contra Barack Obama. En realidad sirve para cualquier mandatario o político profesional sometido a la presión del cargo.
En los últimos tiempos se venía hablando mucho del desgaste del poder, pero dentro de la crisis actual ya se empieza a identificar la situación con el vacío de poder. Pierre Schoeller se adelanta con la segunda entrega de su trilogía del poder a la cada vez más extendida idea, haciendo una profunda disección del progresivo desmantelamiento del Estado, que tal como apuntaba Costa-Gavras en la reciente «El capital» está en manos de los bancos. Y si el Estado está hipotecado, sus representantes no pasan de ser meros liquidadores, que ni administradores, abocados a acabar desertando y pasándose a la empresa privada.
Esto es lo que le espera al Ministro de Transportes encarnado por el actor belga Olivier Gourmet, gracias a que «El ejercicio del poder» ha sido producida por los hermanos Dardenne, lo que también redunda en el estilo documental de un meticuloso y detallista trabajo de observación. Sin embargo, Schoeller se permite desmontar ya de entrada eso que se ha dado en llamar la erótica del poder, con una secuencia onírica, sobre la que volverá después de forma recurrente. En ella vemos a una mujer desnuda devorada en un salón del Elíseo por un caimán. Es una poderosa imagen que conecta con otra real, la del accidente automovilístico donde el chófer provisional del Ministro pierde una pierna, todo por seguir las ordenes de su jefe que tiene prisa y le hace tomar un atajo por una autopista pendiente de inauguración, que todavía está cerrada el tráfico. Lo curioso es que el protagonista es despertado bruscamente del primer sueño con la noticia de otro siniestro que afecta directamente a su departamento: la salida de calzada de un autobús escolar con víctimas mortales.