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Análisis | LA REAL, muy cerca de la previa de la champions

El fútbol recompensa a los que más injusticias han tenido que padecer

Anoeta vivió el domingo una noche maravillosa solo comparable con la de la última victoria ante el Barcelona, dos partidos con remontada, gran ambiente y gol en el tiempo añadido de Agirretxe, uno de los realistas a los que el fútbol ha recompensado tras las injusticias sufridas. Aunque la Real no jugara la Champions, la Europa League es segura y eso y noches como las vividas ante Barcelona y Valencia recompensan a los que han soportado el azote de la injusticia y la crueldad que acompañan a la frustración.

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Joseba ITURRIA

La Real no está clasificada para la Champions, ni tan siquiera tiene asegurada la cuarta plaza que permite disputar en agosto la eliminatoria que permitirá al ganador jugar la máxima competición continental. En los finales de temporada hay muchos resultados extraños, el Valencia demostró en Anoeta que está muy bien y por ahora son necesarios diez puntos en cinco partidos para asegurarse el cuarto puesto sin depender de nadie. Y son muchos.

Pero aún en la peor e improbable hipótesis de que la Real no acabe cuarta o que en agosto no supere una eliminatoria muy puñetera, la clasificación para la Europa League es segura y solo eso y todo lo pasado hasta ahora, con noches de éxtasis colectiva inolvidables como las vividas ante Barcelona y Valencia, bastan para recompensar a los que han soportado el azote de la injusticia y la crueldad que acompañan a la frustración.

Que Agirretxe y Markel fueran los mejores en la previa de la previa de la Champions tiene un valor especial porque son los jugadores que han tenido que soportar, junto a Elustondo, las mayores descalificaciones. Muchos quisieron ver en su salida del once para dar entrada a Pardo e Ifrán en Málaga la razón del inicio de la racha positiva.

Son dos de los jugadores que han tenido que crecer en un ambiente de desconfianza de los técnicos y de los aficionados. No tenían nivel para Segunda B, decían los «expertos» que creen que saben más de fútbol que los profesionales. Martín Lasarte prefería a Tamudo con 33 años y diez partidos sin marcar y a Ifrán tras más de un año sin jugar antes que a Agirretxe a pesar de marcar tres goles en 204 minutos que le dio en su última temporada en el banquillo. Illarramendi, un auténtico crack, apenas jugó 189 pese a ser el mejor en sus dos partidos completos. Y Markel apenas jugó nueve de titular mientras Rivas disputaba 31 pese a tener un nivel tan bajo que, ni con esas estadísticas, encontró un equipo en Primera. Pero al final el fútbol pone a cada cual en su sitio.

Montanier ha sido el artífice de que cuatro jugadores que no contaban en una temporada que acabó con once puntos en los últimos catorce partidos sean básicos. El normando recogió una plantilla en caída libre y con esos jugadores y los fichajes de Carlos Vela y Chory Castro y mucho trabajo táctico ha conseguido formar un equipo que juega de maravilla. Es la clave de la gran racha actual de la Real y, como Agirretxe y Markel, ha tenido que desarrollar su labor en un ambiente de desconfianza.

Si se ha sido injusto en el entorno de la Real con alguien estos dos años ha sido con Montanier, el entrenador ideal para un club como el blanquiazul. Ver cómo defiende y ataca colectivamente la Real es un placer. Se habla mucho de la calidad técnica individual de sus futbolistas, pero su éxito está en el equipo. La Real combina en ataque a partir de unos movimientos automatizados en Zubieta y que se repiten constantemente. En defensa Prieto y Agirretxe defienden la salida de balón y los dos jugadores de banda, Vela y Griezmann, se repliegan con una disciplina impropia en jugadores de su calidad ofensiva. Y el contragolpe es letal.

Y eso es mérito del entrenador y también de una plantilla ejemplar a todos los niveles, dentro y fuera del campo. A casi todos les ha tocado vivir en su juventud la cara más cruel del fútbol, la agonía de luchar por la permanencia, la crueldad de un descenso y la dificultad de jugar tres años en Segunda en un entorno irrespirable. Han tenido que crecer en un entorno infame, han estado a la altura en las peores situaciones y el fútbol les ha recompensado y ahora les muestra su cara más dulce.

Y el responsable deportivo del club es Loren, el director deportivo que acertó al fichar a Lasarte para subir a Primera siendo un desconocido y que acertó al fichar a Montanier para sustituirlo. Ha sido otro de los que ha sido crucificado desde 2008. Con él han llegado sin pagar traspaso De la Bella y Chory Castro y Vela por tres millones de euros después de demostrar en su primera temporada cedido que se podía pagar ese dinero por él sin asumir ningún riesgo.

Se ha equivocado en algunos fichajes como se equivocan todos los directores deportivos, pero generalmente ha hecho lo que debía hacer, fichar poco y bien y destinar casi todos los recursos económicos a la renovación de los jugadores más importantes. Desde que la Real ha vuelto a Primera todos han ampliado sus contratos, se ha reducido el número de extranjeros a seis y se ha dado continuidad a la única línea que ha dado resultados siempre a este club.

Y el que ha marcado ese camino es el Consejo que tuvo el valor en diciembre de 2008 de dar el paso adelante que necesitaba una Real destrozada a todos los niveles. Amenazaron su integridad física, los llamaron golpistas, los de la carpeta naranja, llegaban sin proyecto y tantas estupideces que se dijeron. Se lo jugaron todo por salvar a la Real de manera inconsciente, porque en el deporte profesional hay muchas cosas que no dependen de las decisiones de un Consejo.

Pero hicieron lo único que ha dado resultados a la Real y, cuando uno hace lo que debe, las cosas suelen salir bien. Ahora que tanto se habla de la renovación del entrenador, sería justo que en las elecciones que tiene que convocar el Consejo este año se presenten los mismos trece valientes que tuvieron que salir escoltados un 20 de diciembre de 2008 del velódromo y que todos los accionistas les voten como forma de desagravio por lo que tuvieron que soportar en ese momento.

Es casi imposible hacerlo mejor. Ellos son los máximos responsables de que la Real hecha unos zorros que encontraron hace cinco años, el hazmerreir del fútbol español, sea lo que es hoy, el equipo más elogiado.

Y si este Consejo dirige la Real y si ha superado su peor momento es porque hay una sociedad ejemplar que lo ha elegido, la misma que puso el dinero cuando fue necesario para convertirla en SAD, la misma que ha permitido que en Anoeta se juntaran 20.000 aficionados en los peores momentos en Segunda. Si es maravilloso mirar al campo y disfrutar por cómo juega esta Real, lo es más todavía ver las caras felices y emocionadas de sus aficionados. También han sido injustamente tratados y merecen lo que viven este año.

Y es importante que sepan valorarlo porque esto no es normal. Que la Real lleve una derrota por 4-3 en el Bernabéu en los últimos 23 partidos, que esté cuarta en la clasificación a falta de cinco jornadas, que lleve 61 goles en 33 partidos, que juegue tan bien es muy difícil de repetir y por eso hay que disfrutar del momento... pase lo que pase.

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