El informe del Comit� Europeo para la Prevenci�n de la Tortura (CPT) relativo a la visita realizada hace dos a�os al Estado espa�ol constituye el en�simo toque de atenci�n que desde instancias internacionales se le da a Madrid por su nulo compromiso contra los malos tratos. En este caso, el organismo dependiente de la UE reporta el testimonio �cre�ble y consistente� de diez personas detenidas por la Guardia Civil. Entre ellas, resulta particularmente duro el caso de Beatriz Etxebarria, que denunci� haber sufrido una violaci�n con un palo por parte de sus captores.

Desgraciadamente, ni este ni el resto de informes que peri�dicamente refieren casos de torturas han logrado que las autoridades espa�olas var�en su posici�n al respecto. Basta con leer la r�plica dada al informe del CPT para darse cuenta de que el trato dado a los ciudadanos y ciudadanas vascas en los calabozos es precisamente el que esas mismas autoridades quieren que reciban. Parece imposible, por tanto, buscar prop�sito de enmienda en esa direcci�n. Europa ya ha condenado a Madrid en tres ocasiones por su negativa a investigar denuncias, pero en la balanza pesa m�s el r�dito obtenido en la impunidad de la incomunicaci�n.

Sin embargo, este informe no interpela solo al Estado espa�ol. Tambi�n deber�an sentirse concernidas todas las instituciones vascas que en su d�a hicieron caso omiso de las denuncias que Europa considera �cre�bles y consistentes�. Cuando estas diez personas, como muchas otras antes que ellas, detallaron el sufrimiento padecido a manos de la Guardia Civil, fueron escasas las voces que, m�s all� de los agentes y medios habituales, se alzaron para denunciarlo. Cabe preguntarse, por ejemplo, qu� hicieron ante el testimonio de Etxebarria algunos organismos que trabajan por los derechos de la mujer en este pa�s. �Mantendr�n ahora su silencio? La responsabilidad de aquellos que permiten y alientan las torturas no es un parapeto en el que se pueda cobijar quien no ha movido un dedo para impedirlas.