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Internacional

Javier Zanetti dura y dura

El argentino del Inter se rompe el tendón de Aquiles y anuncia que regresará con más fuerza a sus 40 años.

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Joseba VIVANCO

«Disfruto de cada entrenamiento, de cada partido. Soy feliz. Sé que la hora de colgar las botas sonará algún día. Pero de momento no pienso en eso. Me canso más con Sol e Ignacio -al que a día de hoy hay que sumar un tercero, Tomy-, mis dos hijos, que jugando un partido». Quien hablaba así era Javier Zanetti, el bravo e incansable defensor argentino, santo y seña del Inter de Milán desde su debut con los Nerazzurri en 1995, y que este fin de semana sufrió una grave lesión, la rotura parcial del tendón de Aquiles. «Javier, no hagas bromas, te espero para el próximo Roma-Inter. Sólo cambiaré el banderín contigo», fue el mensaje de capitano a capitano -lo es desde el año 1999, tras la retirada de su antecesor en el brazalete, Giuseppe Bergomi-, de Francesco Totti a Zanetti nada más saberse su percance. «Mi carrera no ha terminado, sólo es un cambio de neumáticos. Volveré más fuerte», ha contestado Pupi, el cariñoso apodo del líder interista.

Y es que, como acertadamente ha dicho José Mourinho al ser preguntado por el lateral argentino, «no puedes hablar de Balotelli y Zanetti en una misma frase». Entre seis y ocho meses de baja le aguardan por delante, tiempo en el que soplará sus 40 velas, una edad nada desdeñable en un jugador que sigue rindiendo al máximo nivel y quién sabe si como una vez comentó el propio Mourinho cuando le tuvo a sus órdenes, «han debido de equivocarse al poner la fecha de nacimiento en su pasaporte». El propio Zanetti ya se ha apresurado a avisar a quienes quieran jubilarle que «vuelvo a los 40 con el tanque lleno».

En el mismo estadio siciliano donde se produjo esa rotura, el argentino ya sufrió, curiosamente, su otra lesión más grave en Italia. En setiembre de 2010 un balonazo le desplazó la pleura y le ocasionó trastornos cardíacos y respiratorios. Al margen de esos dos contratiempos, su historial médico recoge un desgarro en el abductor derecho en el año 2000 y como irónicamente añade, «algún resfriado». Y eso en 19 años en el Inter, al que arribó desde su país con 22 años, y jugando el 90% de los partidos del equipo desde entonces. En total, a lo largo de su trayectoria desde que empezara en las filas del Talleres de Remedios de Escalada -más conocidos como los Tallarines, la comida favorita de Javier-, ha jugado 1.101 partidos, una cifra solo superada por Peter Shilton (1.390), Pelé (1.276), Roberto Carlos (1.160) y Ray Clemence (1.118).

«Será la mejor inversión del Inter», llegó a decir Diego Maradona cuando Javier aterrizó en Milán en 1995, después de que Massimo Moratti, dueño del Inter, fuera a ver en directo al Burrito Ortega y le descubriera por casualidad. Un señor dentro y fuera de las canchas, públicamente coincidente con los principios e ideales «en donde se ve reflejado el espíritu zapatista» o solidario con la causa del pueblo Mapuche. Pupi, su mote, le viene de su Fundación PUPI (Por un piberío integrado), dedicada a chavales en dificultades en el barrio obrero y difícil donde nació en Buenos Aires.

De abuelo italiano, el mismo que junto a su padre, albañil, le inculcó la necesidad de superar las apreturas económicas y, quién se lo iba a decir a sette polmoni (siete pulmones), una enfermedad que retrasó su desarrollo muscular. Para llegar desde allí a donde ahora está, el propio Zanetti no tiene inconveniente en descubrir su secreto: «Suerte, sacrificio y genética». Se ha tomado un respiro, pero en unos meses, seguro que sus acérrimos tifossi le volverán a cantar «Tra i nerazzurri c'è, un giocatore che, dribbla come Pelè, vai Zanetti alè eh oh!!» y no como los hinchas del Milan este domingo, que entonaban «Zanetti, ven y salta con nosotros». Le han caído al club 8.000 euros de multa.

Bale, jugador del año

Su querido Inter marcha séptimo en la Serie A, tras no solo perderle a él sino caer 1-0 en Palermo. Está a ocho puntos de los puestos de Champions que marca el Milan, en una liga en la que tras ganar por decimocuarta vez seguida el derbi turinés al Torino, por 0-2, a la Juventus solo le hace falta un punto este fin de semana para renovar su condición de campeón. El Napoli sigue segundo -la esposa de Cavani le ha acusado de traicionar a Dios tras haberla sido infiel- y el Milan tercero, goleando 4-2, con gol incluido de Mario Balotelli, que volvió y anotó de penalti, con lo que ha marcado las 16 penas máximas que ha lanzado tanto en Inglaterra como en Italia. Para sí lo quisiera el Anderlecht belga, que, en cambio, ha fallado 11 de 17 tiros desde los 11 pasos esta temporada.

Casi decidido el campeón de la Serie A, por el mismo camino sigue el PSG en la Ligue 1, a falta de tres puntos en cuatro jornadas que restan, y donde ya sin emoción, la noticia saltó en la primera expulsión del inglés David Beckham en Francia. Lo curioso es que en el descuento de su duelo ante el Evian, salió del banquillo, jugó cinco minutos, no tocó el balón ni una vez, pero tuvo tiempo para hacer una dura entrada a un rival y ser expulsado. Marsella y Lyon siguen a un líder en el que seguramente Carlo Ancelotti no se sentará la próxima temporada y empieza a sonar Pellegrini.

Mucho decidido en el fútbol francés, con un sorprendente Saint-Étienne no solo cuarto sino que ha ganado hace poco su primer trofeo en 32 años al levantar la Copa de la Liga. Una gran campaña abanderada por su delantero goleador y seguramente con muchas novias, Aubameyang, quien ya suma 19 goles y persigue superar a un mito que jugó en las filas del club como Michael Platini, que anotó 22 en la campaña 1981-82. El resto de miradas en Francia las acapara un Mónaco que está a punto de regresar a la Ligue 1 y con su dueño ruso tirando ya de chequera para el nuevo año.

Ahora mismo, uno de los jugadores europeos con mejor cartel es un galés, y no es Ryan Giggs, sino Gareth Bale, que acaba de ser proclamado como mejor jugador del año en Inglaterra. Lo gana por segunda vez, algo solo logrado por nombres de la talla de Mark Hughes, Alan Shearer, Thierry Henry y Cristiano Ronaldo. Su Tottenham no pasó del empate en casa del Wigan, pero con gol de Bale, y es quinto, en pugna por los puestos Champions con el Arsenal, que empató en el clásico inglés ante el United, 1-1, y deja que el Chelsea, que ganó, le arrebate ese tercer puesto. Spurs, Gunners y Blues se juegan dos plazas Champions. Y este domingo, el superderbi Liverpool-Everton por mucho que «en Liverpool hay dos equipos: el Liverpool y los suplentes del Liverpool», que alardeara el mítico técnico red Bill Shankly.

El City ganó -según ``SportBild'', Mario Götze rechazó hace un mes una oferta de los Citizen de 20 millones por temporada- y sigue plácidamente segundo, en el partido 100 en Premier del canario David Silva, en los que ha facilitado 29 asistencia, más que ningún otro jugador desde que arribó a las Islas. Y mientras QPR y Reading están ya descendidos, el Liverpool sigue su caminar errático, goleando 0-6 al Newcastle, pero contemplando cómo por cuarto año consecutivo no va a jugar la Champions y el próximo ni siquiera la Europa League.

Ni marcó ni estuvo, claro está, el charrúa Luis Suárez, quien no volverá a jugar hasta setiembre u octubre por la sanción tras el mordisco, lo que ha dado pie a pensar que incluso podría salir a buen precio de Liverpool este verano. Al uruguayo esto de perderse partidos y no por lesiones no le es extraño. La liga inglesa tiene 38 jornadas, pues bien, Luis Suárez en dos años y medio ha estado suspendido 26 fechas por sanciones, es decir, más de media temporada.

A otro angelito como Paolo di Canio le llegaron a caer 11 partidos en la Premier por empujar a un árbitro. Ahora, dirige desde el banquillo al Sunderland, que tras dos victorias seguidas ha caído estrepitosamente 6-1 ante el Aston Villa. «Si hoy vencemos, me lanzo al río, y no sé nadar», prometió antes del choque. Tras el varapalo, reaccionó: «Ahora tenemos que entrenar con sangre en los ojos».

La Premier limitará los sueldos

La Premier apura la temporada mientras se planifica la siguiente, aunque con limitaciones. Las nuevas normas de juego limpio financiero tienen por objetivo limitar las cantidades pagadas en jugadores, sobre todo considerando que el próximo año entrará en vigor el nuevo contrato de televisión que reportará a los clubes 5.550 millones durante tres temporadas.

Estas normas limitarán las pérdidas de los clubes a 35 millones de libras anuales en caso de que la entidad cuente con el respaldo financiero del dueño y solo 5 en caso contrario. Los clubes también han acordado que del aumento de dinero de televisión (unos 20 millones anuales por club), solo 4 millones podrán destinarse a aumentar los sueldos de los jugadores, una cantidad que crecerá hasta 8 en 2014-15 y 12 en 2015-16.

Más de dos tercios de los 2.400 millones de libras que ingresaron los clubes de la Premier en la 2011-12 fueron destinados a salarios, un 67% de los ingresos de esos clubes, con el City (202 millones de libras) como el que más. Los Citizens tienen 476 empleados, si bien pocos cobran los 229.000 euros semanales de Carlos Tévez.

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