Un centenar de trabajadores de la empresa Troquelería del Norte (Troquenor) de Sondika impidieron ayer el desahucio de las instalaciones industriales. De forma pacífica se colocaron ante la puerta de la empresa, donde se encuentran encerrados, para impedir el paso a la comitiva judicial, acompañada por una dotación de la Ertzaintza y de un cerrajero. El desahucio quedó suspendido.

El comité, formado por ELA (5), LAB (2) y UGT (2), ofrecerá hoy una rueda de prensa en la empresa, pero ayer dejaron claro a la comitiva judicial que «se da la circunstancia de que fueron estos empresarios que promueven el desahucio los que protagonizaron la quiebra y liquidación de Troquenor en 2012 y consiguieron hacerse con la propiedad del pabellón en un proceso concursal plagado de irregularidades que fue denunciado desde los sindicatos».

Iker Alustiza, responsable de ELA del Metal de esa zona, explicó que «desconocemos cuándo volverán con la orden de desahucio, pero tenemos claro que debemos continuar en este pabellón para preservar nuestros puestos de trabajo y estas instalaciones industriales».

Alrededor de 100 trabajadores se encuentran allí en defensa de esa planta. Según explicó Alustiza, se ha logrado parar la ejecución de este lanzamiento, «es un pequeño respiro para los trabajadores, pero sabemos que lo volverán a intentar», apuntó.

El comité denunció que, de la mano de esos empresarios que, «hoy nos quieren desahuciar» y «llevaron a la empresa a la ruina», llegó el empresario germano-portugués Mario Silva, «que tras no poder enderezar el rumbo de la compañía lastrada por una pésima gestión, ha abandonado la misma, situación que han utilizado los antiguos empresarios, la familia Giménez-Bretón para hacer valer su condición de propietarios del pabellón para desahuciar a Troquelaría del Norte y con ella a los 120 trabajadores actuales».

Los trabajadores explicaron ante la Ertzaintza y la comitiva judicial que «buscamos una solución de continuidad para esta empresa. Porque somos 120 trabajadores con nuestra familias afectadas. Tiene que haber una continuidad, una solución de futuro porque no puede pasar que quienes nos llevaron a la ruina se queden con la empresa». Estas palabras activaron las críticas de los trabajadores, quienes reiteraron su posición de permanecer encerrados por turnos para «impedir ser desahuciados, porque no sabemos cuando volverán, pero seguro que lo hacen», dijeron.