Osasuna ha demostrado en las últimas temporadas que se crece ante la adversidad. Tendrá que volver a repetir similar papel. No le queda otra, porque la escuadra navarra es la que peor calendario va a tener que afrontar en las cuatro dramáticas jornadas que restan para la finalización del campeonato liguero. Todos los rivales a los que se va a medir el cuadro rojillo tienen algo en juego, a diferencia de lo que ocurre con los otros cinco adversarios directos en la lucha por la permanencia.

Los de Mendilibar están obligados a enmendar la frágil imagen casera que han ofrecido esta campaña, de lo contrario el descenso está garantizado. El problema es que los dos encuentros en El Sadar que restan son de una exigencia máxima, pues tanto Getafe como Sevilla van a llegar a Iruñea con opciones de pujar por uno de los puestos europeos, con mayores exigencias para los hispalenses.

Por si ello no fuera suficiente, los otros dos partidos que deberán dirimir lejos de su estadio también se las traen. El primero ante el Granada, en el único duelo directo por la salvación que resta de aquí a la conclusión del torneo, una auténtica final para ambos conjuntos, si bien hay un dato para la esperanza y es que los andaluces tampoco han estado muy finos en Los Cármenes. El otro desplazamiento, en la última jornada, es más que complicado. Osasuna rinde visita a un Santiago Bernabéu en el que los blancos solo han dejado escapar sendos empates -Valencia y Espanyol- y donde, con la sola inercia de sus figuras y el que Mourinho querrá despedirse con buen sabor de boca, la opción de puntuar parece un imposible.

El resto, más sencillo

El resto de equipos inmersos en la lucha por evitar bajar a Segunda lo tienen más sencillo a priori. Aunque también la gran mayoría se van a tener que enfrentar a escuadras que están luchando por disputar torneos continentales el próximo año -Real, Atlético, Valencia o Betis-, algunos de esos choques se producirán en la penúltima o última jornada, pudiendo darse el caso de que ya estén definidos los puestos clasificatorios.

A favor de estos rivales directos rojillos está también el que disputarán envites contra conjuntos que se han quedado en tierra de nadie y que, a buen seguro, se van a dejar llevar por la corriente al haber cumplido sus objetivos. Es el caso de Levante, Espanyol o Valladolid, que ya poco tienen en juego.

Especialmente peligroso es que Osasuna llegue a la última jornada sin haber materializado la permanencia. No solo por la mencionada dificultad de sacar algo positivo del Bernabéu, sino porque el resto tienen partidos bastante sencillos frente a equipos que en el último escollo del campeonato estarán pensando más en las vacaciones.