En un arreón de última hora el Ibex recuperaba los 8.500 puntos. Esta reacción, sin embargo, no venía apoyada en grandes noticias y la apatía había predominado a lo largo de la jornada. La fiesta en la Bolsa de Londres y esa carencia de nuevos estímulos propició la caída en el volumen de negociación -se intercambiaron 758 millones de euros-, así como movimientos sin contundencia en ninguna dirección. Dentro del Estado español, además, se asistió a un leve repunte de la prima de riesgo hacia el entorno de los 290 puntos y del interés del bono por encima del 4%, cuando la semana anterior había perforado a la baja ese nivel por primera vez desde octubre de 2010. El Ibex terminó en los 8.503,80 puntos, después de ceder un 0,48%. Las bajadas en París y Fráncfort apenas superaban el 0,10%. En el Ibex, se destacaban los descuentos de BBVA (-1,17%) y Santander (-0,68%). La entidad presidida por Emilio Botín completó ayer la absorción de Banesto, cuyos accionistas pueden acudir ya al canje aprobado para la operación. Los peores valores fueron IAG (-1,69%) y Sacyr (-1,88%). Entre los ganadores, despuntó la subida de OHL (+3,08%), seguido de Sacyr y Acciona, que sumaron más de un 1,80%. En el Cac, los más castigados fueron Carrefour (-2,31%) y Lafarge (-1,72%). No obstante, las miradas se centraron en las empresas con presencia pública, una vez que París ha anunciado su intención de vender algunas participaciones. Así, GDF-Suez bajó un 1,46%, y Renault, un 0,86%. Las acciones de Gemalto (+1,68%) y Vallourec (+1,32%) registraron los mejores balances.