Nick Drake, Pink Floyd y The Kinks, protagonistas de la colección 33 1/3
En la serie de libros agrupados bajo la nube 33 1/3 son más importantes, en principio, los títulos de los discos que quienes los firman, al menos para la editorial vizcaina Discos Crudos de Leioa. No obstante, resulta imposible no fusionar, cuando menos, a la par «Pink moon» con Nick Drake, «The Kinks are the Village Green Preservation Society» con The Kinks y «The piper at the gates of dawn» con Pink Floyd. Casualmente tres aventuras británicas.Pablo CABEZA | BILBO
La editorial Discos Crudos continúa con su trabajo de edición de libros musicales y de discos, en este caso de forma más esporádica. Tras la primera tanda de discos 33 1/3, donde un especialista desgaja un disco singular de la discografía global, ahora llegan tres nuevas referencias que retoman tres clásicos de la historia de la música, De una parte, el melancólico «Pink moon», de Nick Drake; de otra, «The Kinks are the Village Green Preservation Society», de The Kinks, y, finalmente, «The piper at the gates of dawn», el primer disco de Pink Floyd mitificado por contar con las ideas, letras y guitarras del fallecido Syd Barret.
Por numeración cardinal el primer libro a comentar sería el de los Kinks, pero apetece meterse con Nick Drake, el artista menos popular de los tres, el más invisible en vida y el que más dolor acumuló a lo largo de sus 26 años en tierra, tiempo en el que escribió: « Five leaves left» (1969), «Bryter layter» (1970) y «Pink moon» (1972).
Durante años, la prensa especializada ha dado a conocer la obra de Drake. Un recopilatorio, unas demos, unas canciones rescatadas... han sido motivo de grandes glosas y revisiones de su amarga vida y sus canciones cargadas de química y neuronas desahuciadas. Durante los ochenta y los noventa la inflada discografía de Drake (una decena de discos de dudosa procedencia) se mueve generosa en las tiendas, aún más cuando en el año 2000 un anuncio del Volkswagen Cabrio utilizó un tema suyo, «Pink moon», para el spot. La masiva campaña, la belleza acústica, subyugó a miles de aficionados que comenzaron a preguntarse quién era el tipo que cantaba esa hermosa y emotiva canción.
En vida vendió muy poco, y su discográfica Island le fue publicando los discos porque en aquellos años existían sellos con un margen para el fracaso si conseguían, cuando menos, un disco de prestigio para su fondo de catálogo. Además, Island tenía paciencia y buen gusto. Eran otros tiempos, aunque no faltaba mucho para la desistegración moral de los grandes discográficas, incluidas las independientes crecidas.
A sus 24 años, en su pequeña habitación de la casa de sus padres en Tanworth-in-Arden, Inglaterra, el 25 de noviembre de 1974, Nick Drake falleció por una sobredosis de amitriptilina, un tipo de antidepresivo que NIck tomaba para neutralizar una juventud amarga, dolorosa e injusta. Su influencia actual se expande por cientos de grupos y solistas y es un nombre sobradamente conocido en Euskal Herria dentro de los artistas con un punto de sensibilidad.
Amanda Petrusich desnuda «Pink moon» desde Nueva York. Narra su historia, ofrece opiniones de muchos músicos y nos da a conocer a Nick Drake.
Pink Floyd
John Cavanagh es locutor y músico, ha presentado numerosos programas para BBC Radio y graba música bajo el nombre de Phosphene. Posee el órgano Farfisa Compact Duo que uso Pink Floyd en sus primeras grabaciones. Cavanagh es el responsable de revisar el primer disco de Pink Floyd, «The piper at the gates of down», para muchos aficionados el único disco reseñable en la discografía de esta popular formación, el único en el que intervino el guitarrista, compositor y vocal Syd Barret, que atragantado de LSD no pudo ir más allá de este título, siendo sustituido para el segundo por David Gilmour.. El 7 de julio del 2006, el músico falleció a los 60 años, como consecuencia del cáncer que padecía. Cavanagh desmenuza con conocimiento y acierto el disco más sicodélico y espacial de los Floyd: la obra cumbre para muchos, y uno de los discos menos apreciados para quienes descubrieron a los británicos con éxitos como «Dark side of the moon».
The Kinks
«The Kinks are the Village Green Preservation Society» es uno de los títulos más apreciados del cuarteto londinense y uno de los primeros discos conceptuales. Se publicaba en noviembre del 68 enfrentado a una crítica que les situaba lejos de los movimientos culturales de la época: la sicodelia, lo jipi, los Betales... Y ellos contestaron con esta peculiar obra musical y literaria que homenaje a la vida en las aldeas inglesas en un canto a la inocencia y la nostalgia por el pasado. Como se ve, el mensaje no ha perdido vigencia.
El escritor londinense Andy Miller desmenuza canción a canción esta obra cumbre.
Puede ser casualidad, pero los tres están unidos por diversas circunstancias: todos los protagonistas ingleses, Joe Boyd como productor en varios casos,dos fallecidos, sicodelia, bucolismo, incomprensión en su momento y álbumes entre la frontera de finales de los sesenta e inicios de los setenta.
La serie 33 1/3 es una colección de libros de formato pequeño, 12 x 16 cm., y entre las 120 y 150 páginas. Cada título, seis en total, desbroza la historia de un disco singular dentro de la historia de la música moderna. Publica la editorial Discos Crudos, de Leioa, especialista en libros y discos con un toque sombrío.