La magistrada suiza Carla del Ponte, miembro de la comisión de investigación de la ONU sobre Siria apuntó ayer que «disponemos de testimonios sobre la utilización de armas químicas, en particular de gas sarín. No por parte del Gobierno, sino de los opositores. Existen sospechas fuertes y concretas, pero todavía no hay pruebas incontestables».

En una entrevista en la radiotelevisión suizo-italiana, del Ponte puntualizó que los magistrados que conforman esa comisión, apoyados por un equipo de trabajo, «deben profundizar en sus indagaciones, verificarlas y confirmarlas con más testimonios», aunque subrayó que no resulta sorprendente el uso por parte de los rebeldes debido a «los combatientes extranjeros infiltrados» .

Los comentarios de la magistrada levantaron inmediatamente la polémica. El portavoz de la Comandancia Suprema del Ejército Libre Sirio (ELS), Qasem Saadedin, los calificó de «meras especulaciones» y subrayó que Del Ponte «no ha mostrado ninguna prueba ni justificación que apoyen sus palabras», a la vez que insistió en culpar al Ejército sirio del uso de armas químicas.

El presidente de la Comisión de Investigación de la ONU, Paulo Sergio Pinheiro, se apresuró a matizar a del Ponte, sin mencionarla, negando que haya «evidencias concluyentes» de que alguna de las partes haya utilizado ese tipo de armamento.

«La comisión desea clarificar que no ha encontrado evidencias concluyentes del uso de armas químicas en Siria por alguna de las partes en conflicto. Por lo tanto, la comisión no puede hacer más comentarios al respecto en este momento», indicó Pinheiro.

Estados Unidos terció para mostrar su escepticismo ante las declaraciones de Del Ponte e insistir en acusar al Gobierno sirio. «Vemos más probable que las armas químicas, en caso de haber sido usadas, como así parece, fuesen responsabilidad del régimen de Al Assad», afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.

Las declaraciones de del Ponte venían a contradecir los rumores lanzados por servicios de inteligencia occidentales sobre el uso de armas químicas por parte de régimen.

La Comisión de Investigación nunca ha logrado el visto bueno de Damasco para entrar en Siria y basa sus informes en investigadores que interrogan a refugiados, víctimas y médicos en los países vecinos.

Publicará su próximo informe a finales de mayo para presentarlo el 3 de juno en la sesión de Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

Por su parte, el Ministerio de Asuntos de Exteriores ruso expresó sus sospechas de que las recientes especulaciones sobre el uso de armas químicas en Siria busquen preparar el terreno para una injerencia exterior en el país árabe.

El sarín es un gas nuerotóxico, descubierto antes de la II Guerra Mundial, inodoro, invisible y mortal en dosis muy pequeñas.. Además de por inhalación, el contacto con la piel bloquea la transmisión del impulso nervioso e implica la muerte por paro cardiorrespiratorio.

Ataques israelíes

A la vez que crece la polémica en torno al armamento químico, ataques aéreos, advertencias y eventuales represalias amenazaban con marcar un punto de inflexión en la guerra de Siria, tras los ataques israelíes sobre suelo sirio, en un conflicto ya desbordado por la presencia de cientos de miles de refugiados en los países vecinos.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo estar «muy preocupado» y pidió «a todas las partes que den muestra de la máxima calma y contención y actúen de forma responsable para evitar una escalda en este conflicto ya devastador y muy peligroso». Igualmente, Rusia expresó su preocupación «por la explosiva situación creada por los bombardeos», que fue abordada por el presidente ruso, Vladimir Putin, en conversación telefónica con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. La portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores, Hua Chunying, instó a «todas las partes», sin citar explícitamente a Israel, a evitar el uso de la fuerza militar en Siria y a respetar la soberanía nacional de todos los países. A su vez, el portavoz de Exteriores de la Unión Europea, Michael Mann, al ser preguntado si Bruselas condena el ataque israelí a objetivos militares sirios y la actividad de aviones de guerra israelíes sobre el Líbano se limitó a afirmar que «vemos con gran preocupación los recientes acontecimientos en torno a Siria», por el riesgo de que el conflicto sea cada vez más violento y se expanda a otros países.

Este año Israel ha llevado a cabo tres ataques aéreos sobre objetivos cercados a Damasco: el 30 de enero y los pasados 3 y 5 de mayo.

El del viernes atacó supuestamente armas rusas almacenadas en el aeropuerto de Damasco, y el del domingo alcanzó a un centro de investigación científico en Jamraya, que ya fue atacado el 30 de enero, así como dos objetivos militares -un depósito de municiones y una unidad de defensa antiaérea- según una fuente diplomática de Beirut.

Al menos 42 soldados sirios murieron en este último ataque, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Un alto mando militar sirio confirmó que el ataque causó la muerte de decenas de soldados de élite y desperfectos en varias instalaciones militares.

Los insurgentes, activistas de la oposición y residentes locales aseguraron que tanto el ataque del pasado viernes como el de este domingo golpearon bases de la Guardia Republicana de élite, así como almacenes de misiles de largo alcance y un centro de investigación militar.

Un médico del hospital militar Tishereen señaló que al menos un centenar de soldados murieron y decenas de personas resultaron heridas por el ataque del domingo.

Aviso sin objetivo estratégico

Fuentes militares sirias declararon a la cadena de televisión rusa Russia Today que la aviación israelí utilizó munición con uranio empobrecido para penetrar las defensas del complejo de investigación. «Cuando ocurrió la explosión sentí como si fuera un terremoto y después apareció un hongo gigante dorado de fuego. Esto prueba que Israel utilizó munición de uranio empobrecido», indicaron las fuentes, que opinaron que «este bombardeo es un ultimátum para nosotros, sin objetivo estratégico».

Para el Gobierno sirio, esta agresión abre las puertas a todas las opciones. «Siria responderá a la agresión israelí pero elegirá el momento para hacerlo. Puede que no se produzca inmediatamente porque Israel está en estado de alerta. Vamos esperar pero responderemos», advirtió un responsable sirio. La televisión siria advirtió de que los «misiles están preparados para atacar objetivos precisos».

El Gobierno sirio vinculó además a Israel con los insurgentes yihadistas, a través de su Ministerio de Asuntos Exteriores, que aseguró que existe una coordinación entre Israel y los «terroristas y apóstatas» del Frente al Nusra, organización a la red islamista Al Qaeda que participa en la rebelión. Temiendo eventuales represalias, Israel desplazó dos baterías antimisiles al norte de su territorio, ordenó el cierre del espacio aéreo en esta zona, y reforzó la seguridad en torno a sus embajadas.

Pero el Gobierno israelí no parece temer que el ataque se vaya a producir de forma inmediata. De hecho, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, viajó a China tras una reunión con su gabinete de urgencia.

Además, el jefe de la Comandancia Norte del Ejército israelí, general Yair Golán, aseguró respecto a la tensión con Siria que no ve «vientos de guerra» procedentes del país vecino. «Junto a la preparación y la alerta en el norte, siempre debemos estar preparados y entrenarnos, pero no soplan vientos de guerra», dijo Golán, cuya comandancia tiene jurisdicción en el área que comprende las fronteras con Siria y Líbano.

Un responsable israelí aseguró que los ataques alcanzaron un depósito de armas destinadas a Hizbullah y aseguró que Tel Aviv no permitiría la transferencia de armas iraníes al movimiento libanés contra el que Israel llevó a cabo una ofensiva en 2006, sin conseguir que se replegara.

Pero Teherán negó la presencia de armas iraníes en estos lugares, señalando que se trata de «guerra de propaganda y sicológica». El general adjunto al Estado Mayor, Masud Jazayeri, advirtió de que los ataques provocarían «graves acontecimientos en la región, de los que EEUU y el régimen sionista no saldrán beneficiados».

La Liga Árabe instó al Consejo de Seguridad de la ONU a «actuar inmediatamente» para evitar nuevos ataques, mientras el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo no tener «indicaciones» de que Israel hubiera bombardeado objetivos en territorio sirio, y dijo que la Alianza Atlántica está centrada en la protección de Turquía.