Giro de Italia
Triunfo agridulce para el Movistar
Alex Dowsett ganó la contrarreloj de 54,8 kilómetros por delante de Wiggins, pero su compañero Beñat Intxausti perdió la maglia rosa.
GARA | DONOSTIA
Diecisiete años habían pasado desde que un corredor vasco se enfundara por última vez la maglia rosa hasta que llegó Beñat Intxausti y se la volvió a vestir. Al vizcaino solo le duró un día dicha elástica; la perdió después de una contrarreloj larguísima de 54,8 kilómetros en beneficio de Vincenzo Nibali (Astana). Sin embargo, a pesar de perder el liderato, el Movistar finalizó contento la jornada, ya que el británico Alex Dowsett se adjudicó la etapa.
El ciclista de 24 años invirtió una hora, 16 minutos y 27 segundos en el recorrido entre las ciudades italianas de Gabicce Mare y Saltara. Tras él se clasificó su compatriota y gran derrotado, el campeón olímpico Bradley Wiggins, a 10 segundos, el estonio Tanel Kangert, a 14, y el italiano Vicenzo Nibali, a 21.
La victoria de Dowsett parece una sopresa al contar el Giro con hombres especialistas en la lucha por el crono, como Wiggins o Nibali. Sin embargo, los que le conocen saben de lo que es capaz, porque no hay que olvidar que el corredor del Movistar se ha llevado un puñado de títulos de prestigio: campeón de Europa sub-23 en Ankara 2010, campeón de Gran Bretaña sub-23 en dos ocasiones y, especialmente, los títulos británicos en categoría profesional logrados en sus dos campañas (2011 y 2012) en la élite internacional.
Dowsett fue uno de los primeros en salir y su tiempo, en una mañana soleada que invitaba al ciclismo, parecía que iba a ser el bueno, ya que cuando empezó el desfile de los candidatos al triunfo por los diferentes puntos intermedios no podían superarle. En el lado contrario estaba Intxausti, quien no aguantó la presión de la camiseta rosa y desde las primeras pedaladas dejó claro que mantenerla era una misión imposible. A mitad de carrera, en el kilómetro 26, ya se dejaba un minuto con respecto a Nibali.
Aciago Giro de Wiggins
Hasta que salió el gran favorito Bradley Wiggins, el mejor crono estaba en poder de su compatriota Alex Dowsett. El ganador del Tour en 2012 afrontó la contrarreloj con la intención de apartar la mala suerte que le persiguió los últimos días en forma de averías mecánicas y caídas, pero no lo consiguió.
Aunque tuvo que cambiar de bicicleta a las primeras de cambio, no tuvo problemas para coger pronto su mejor postura aerodinámica y encontrar la combinación perfecta.
La galopada del campeón olímpico se vio nuevamente frenada a mitad de carrera, en el kilómetro 26, cuando volvió a tener problemas con el cambio y necesitó 52 segundos más que Dowsett en ese punto.
Wiggins se quedó con la miel en los labios y sus más directos rivales, Nibali, Evans, Gesink y Hesjedal, eran conocedores de los registros y penalidades del gran favorito y apuraron al máximo sus fuerzas utilizando grandes desarrollos.
Una táctica que en algunos casos pasó factura, como le ocurrió a Scarponi y al vencedor de la última edición, Hesjedal, ya que tuvieron algún que otro problema para superar el repecho final que conducía a meta.
A pesar de todo, estuvieron en sus marcas y no perdieron excesivo tiempo, algo que no sucedió en el caso del asturiano del Euskaltel Euskadi Samuel Sánchez, en la salida de la ronda transalpina uno de los favoritos para el podio final de Brescia, que en la crono estuvo más que discreto al necesitar 3:17 minutos más que Alex Dowsett.
Alex Dowsett pasó gran parte de la contrarreloj sentado en un asiento, viendo cómo los corredores llegaban a meta sin mejorar su tiempo. «Me hará falta cierto tiempo para asimilar esta victoria, todavía no me lo creo. Ha sido una crono bastante más dura de lo que esperaba; sin duda, la más exigente de mi vida. Los desarrollos tan extremos que he llevado, con un plato grande de 55 y un piñón de 29, son el mejor reflejo a esa diferencia entre tramos duros y de bajada», indicó el vencedor. «La última subida se me ha hecho eterna, se me nublaba la vista y creía que no llegaba nunca la meta», agregó.
Asimismo, señaló que «el equipo me había dado confianza para tomarme la primera semana con calma, pensando en este día. Era mi objetivo y la jornada en la que quería estar delante. Con esta victoria se han cubierto de sobra mis ambiciones personales y a partir de ahora mi carrera será exclusivamente trabajar para mis compañeros. Beñat ha perdido algo de tiempo; intentaremos que se acerque de nuevo a los primeros puestos de la general».