El 76% de las familias de Txingudi no se ha apuntado al contenedor para orgánicos
Al cierre de la campaña de inscripciones, el 24% de las familias de Irun y Hondarribia se han apuntado para participar voluntariamente en el reciclaje de sus residuos vegetales. Ello supone que al menos el 76% de los hogares seguirá enviando esos restos a un vertedero.
Imanol INTZIARTE | DONOSTIA
Unas 7.300 familias de la Mancomunidad de Txingudi, el 24%, se han apuntado al quinto contenedor para orgánicos, en el que se depositarán solo residuos vegetales domésticos. El dato fue ofrecido ayer en una comparecencia del presidente de Txingudi, José Antonio Santano, alcalde de Irun (PSE); y del vicepresidente, Aitor Kerejeta, de Hondarribia (PNV).
Ambos se mostraron «muy satisfechos» por la respuesta, aunque ello supone que al menos el 76% de los hogares no participará -apuntarse y participar no son sinónimos- y que seguirán arrojando esos desechos en el contenedor general como paso previo al vertedero.
Por otro lado, todo apunta a que ambas formaciones dan por amortizado su discurso contra el puerta a puerta. «Que cada municipio recoja la basura como le dé la gana. La cuestión es qué hacer con la fracción resto», indicó Kerejeta. «Vamos a ver qué opción es la mejor para el residuo que queda y con quién lo hacemos. Si lo abordamos con el resto de Gipuzkoa o solos», apostilló Santano.
Cabe recordar que PNV y PSE son arduos defensores de la incineradora. En su día, Txingudi se quedó fuera del Consorcio porque apostaba por su propia infraestructura. Santano comentó que, a día de hoy, no se contempla esta opción.
Acuerdo en Zumaia
La Mesa de Residuos de Zumaia (Bildu, PNV, PSE, Aralar, plataforma anti PaP, Zumaia Zero Zabor y Natur Taldea) ha acordado hacer la recogida mediante contenedores con chip y código de barras en las bolsas para identificar a quienes no cumplan la normativa. Cada vivienda tendrá una tarjeta personalizada para abrir los contenedores y no habrá días determinados para depositar cada fracción.
El Ayuntamiento ha publicado un bando en el que anuncia que renuncia al puerta a puerta para evitar la «fractura social» y aboga por la recogida selectiva obligatoria mediante contenedores.