Cameron presenta un referéndum sobre la UE que no satisface a nadie
En un gesto de cara a sus diputados euroescépticos y a las encuestas en las que se incrementa el apoyo al antieuropeísta UKIP, el primer ministro, David Cameron, presentó un proyecto de referéndum de permanencia en la UE que posiblemente nunca se convertirá en ley por falta de apoyo en el Parlamento y en la coalición de gobierno, en la que los conservadores se sientan con los liberales pro-europeos
Soledad GALIANA
Las promesas pueden tener un sabor amargo. Posiblemente ese era el sabor de boca del primer ministro británico, el conservador David Cameron, durante la presentación de su plan sobre el referéndum de permanencia de Gran Bretaña en la Unión Europea.
Si bien es cierto que Cameron ya había anunciado su intención de satisfacer a los euroescépticos dentro de su partido con esta votación, también es cierto que solo fue el éxito de la formación anti-europeísta UKIP en los sondeos previos a las elecciones municipales celebradas en Inglaterra la pasada semana lo que forzó una promesa del líder conservador al adelanto de la legislación que permitirá ese referéndum.
La promesa no les valió para salvar votos, y ahora Cameron se ve abocado a presentar un plan que preveía como una de las cartas electorales conservadoras de cara a las elecciones generales de 2015, sobre todo después de las declaraciones de dos de los ministros conservadores, Michael Gove y Philip Hammond, que ya anunciaron su intención de votar en contra de la permanencia en la Unión Europea si no se renegociaban los términos de la pertenencia británica.
El referéndum se iba a vender antes de las próximas generales como la gran carta conservadora para la obtención del gobierno de mayoría que no se alcanzó en 2010.
Cameron, a quién se le «olvido» incluir el referéndum en el llamado Discurso de la Reina (en el que se delinea el plan de gobierno durante los próximos doce meses) presenta su propuesta como un gesto de buena voluntad de los conservadores ante la ciudadanía (sin especificar si esta ciudadanía es la de las encuestas de opinión o sus propias bases conservadoras) frente a una supuesta morosidad democrática de liberales y laboristas que antepondrían su europeísmo a los deseos del público.
Nunca será ley
Si en algo tienen razón desde el UKIP es en que la presentación de la legislación en estos momentos no es sino un «gesto sin sentido».
Primero, porque el proyecto de ley presentado en el día de ayer nunca se transformará en ley ya que los liberales en el gobierno no lo apoyarán, y es bastante dudoso que los laboristas lo hagan.
Así pues, el referéndum solo tendrá lugar si los conservadores consiguen la mayoría en la Cámara de los Comunes en las elecciones del 7 de mayo de 2015. Hoy, los comunes votan una enmienda al discurso de Cameron, para introducir la preparación del referéndum en el trabajo del ejecutivo hasta mayo del próximo año, y ni tan siquiera esa simple modificación se espera que salga adelante.
El referéndum sobre la Unión Europea que quiere convocar en 2017 el Partido Conservador británico preguntará «¿Cree que el Reino Unido debería continuar siendo miembro de la UE?», según el borrador de legislación publicado ayer.
El ministro de Exteriores, William Hague, afirmó que ese plebiscito se llevará a cabo «antes de finales de 2017», sin concretar una fecha. «Examinaremos todas las oportunidades para presentar este borrador ante el Parlamento, incluido como una proposición de ley», añadió.
En una encuesta de opinión publicada por el diario «The Guardian», los tres partidos tradicionales británicos -conservadores, liberales-demócratas y laboristas- caen en intención de voto, al igual que lo hace la popularidad de sus líderes, mientras que el anti-europeísta y xenófobo UKIP parece haber calado en el electorado con su política populista y de desmarque de la política establecida, registrando un incremento de 9 puntos en intención de voto, lo que le aúpa a un 18% en el total de voto.
Laboristas, conservadores y liberales pierden cuatro puntos cada uno, situándose con un 34 %, 28 % y 11 % de los votos, respectivamente, lo que convertiría al UKIP en el tercer partido del panorama político británico. Y si los conservadores esperaban lograr un gobierno de mayoría para hacer posible la celebración del referéndum de salida de la Unión Europea, ya se pueden olvidar de ello. Incluso las encuestas de opinión muestran que no existe el mismo ímpetu por el abandono de la Unión Europea, apoyado por un 43 %, frente al 40 % de los encuestados que apoyan la permanencia en las estructuras europeas.
Mirando a la popularidad de los líderes políticos, ni el conservador David Cameron ni el laborista Ed Miliband salen muy bien parados en los sondeos. Cameron pierde 15 puntos, y consigue solo un 35 % de apoyos a su labor como líder político. Por su parte, Miliband pierde 22 puntos, con solo un 26 % de los votantes que considera que está haciendo un buen trabajo. Finalmente, Nigel Farange, del UKIP, se convierte en el favorito del electorado, con un 40 % de apoyos y un incremento de 17 puntos. GARA