La primera llegada en alto, al Altopliano del Montasio, de primera categoría, no hizo sino reforzar la idea generalizada de que, hoy por hoy, Vincenzo Nibali es el más claro y sobrio candidato a vestir en Brescia la maglia rosa que portaba ayer. El italiano de Astana se mostró como el favorito más sólido de una carrera en la que Wiggins y Ryder Hesjedal quedaron retratados, especialmente el portador del dorsal 1, que perdió, desfallecido, más de 21 minutos.

El tiburón se volvió a mostrar muy sólido y solo el cambio, que le pasó alguna mala jugada, le privó de dar un golpe de mayor autoridad. Es, junto a un Cadel Evans que ayer se volvió a mostrar fuerte, el único que no ha fallado y cuenta con 41 segundos de ventaja sobre el australiano de BMC, mientras que Gesink y Scarponi se ahogaron en la parte final. Beñat Intxausti, que incluso se permitió el lujo de atacar al grupo de destacados, fue la sorpresa positiva siendo noveno, y solo dos segundos le privaron de entrar en el Top 10, recuperando las sensaciones perdidas en la crono en la que se dejó el liderato.

Cara y cruz del Sky

De todos modos, la conclusión más importante que se pudo sacar de la jornada de ayer es que, por mucho que los datos que manejan en su equipo pueden decir lo contrario, Bradley Wiggins no está, ni mucho menos, en el nivel que lo llevó a vestirse de amarillo el pasado mes de julio en París.

Anunciaban desde el Sky que el británico se había entrenado especialmente en las subidas, pero las primeras rampas importantes de la carrera italiana lo dejaron en evidencia, por mucho que resista en la cuarta plaza de la general, a poco más de dos minutos del líder.

Y eso que los movimientos de su equipo al frente del pelotón hacían presagiar que Wiggins podría probar la solidez de Nibali en la última ascensión. El primer puerto de la etapa, el inédito Passo Cason di Lanza, en la frontera con Austria y Eslovenia, empezó a desintegrar una escapada de 13 corredores que se formó de inicio. Allí atacó el venezolano Jackson Rodríguez (Androni) para quedarse solo en cabeza y coronar el alto con más de 4 minutos, aunque tras sufrir una avería se le unió el holandés Pauwels (Omega).

Por detrás, aunque sin Henao, pero con Cataldo, Siutsou y Zandio, el Sky marcó el ritmo y eliminó a Hesjedal y maduró a otros, como Samuel Sánchez.

En el último puerto, cuando se intuía un mano a mano entre Nibali y Wiggins, Urán aprovechó la vigilancia entre los dos líderes para tomar una renta definitiva. En las rampas más duras, Wiggins cedió y Nibali se fue, con Evans y otros aspirantes a la etapa a su espalda, mientras Betancour no disputó el triunfo a un Urán que pone en cuestión el liderato del Sky.