El presidente rojiblanco Josu Urrutia tendrá hoy la oportunidad de amortiguar la bola de nieve en que, en cuestión de un par de días, se ha convertido el debate sobre el futuro del banquillo del Athletic. El máximo mandatario de Ibaigane comparece este mediodía en el céntrico palacete bilbaino y de él se espera que vaya mucho más allá de lo que dijo hace apenas cinco semanas, en su última aparición ante la prensa, cuando aparcó cualquier comentario respecto al entrenador hasta que los deberes estuvieran hechos. Y ya lo están, o casi.

Urrutia sale a la palestra en el momento idóneo, en plenos dimes y diretes sobre quién pilotará el Athletic del nuevo San Mamés, aunque tampoco parece una aparición precipitada por los acontecimientos, pues su última comparencia fue el 4 de abril, hace poco más de un mes, tiempo que más o menos es el que el presidente deja entre presencia y presencia ante los micrófonos -excepción hecha entre esa de abril y la anterior a finales de enero-.

La continuidad de Bielsa se antoja el eje de este oportuno paso al frente del presidente. Parece que el de Rosario quiere seguir, pero antes desea tantear, no solo a la afición, también a la Directiva para que se moje de puertas afuera. Será difícil que Urrutia esquive esta vez la cuestión, sobre todo porque sus propios socios se lo demandan.

Bielsa cumple su segunda temporada al frente del equipo, dos cursos desiguales pero marcados por una impronta y una huella futbolística, una apuesta deportiva que a todas luces quedaría inconclusa si de golpe y porrazo terminase en junio próximo. Sería tan inexplicable que la Directiva prescindiera de sus servicios como que el propio técnico desechara seguir al menos un año más. Uno y otro, Athletic y Bielsa, se merecen una oportunidad, una temporada para calibrar y verificar cuál de los dos `Athletics' es el real.

Del mismo modo, nadie duda de que el proyecto Bielsa para el Athletic va más allá de un plazo inmediato, resultadista. En un club con más de un siglo de historia no sería de recibo cercenar una apuesta de este tipo. Ernesto Valverde regresará al Athletic más pronto o más tarde, pero está condenado a volver a sentarse en el banquillo de La Catedral. Y el otro, Cuco Ziganda, está llamado a dar el salto. Lo que ya no tendría vuelta de hoja sería terminar de sobresalto el idilio que un día surgió entre Bielsa y Athletic, preguntándose qué habría sido de haberle dado continuidad.

Estos días, nadie en el mundo del fútbol ha dudado en pontificar a Alex Ferguson, 26 años en el mismo club, en los malos momentos al principio y recogiendo los frutos sembrados después. Pues bien, en esas mismas 26 temporadas, han desfilado por la banqueta de San Mamés nada menos que 15 entrenadores, desde Howard Kendall al propio Marcelo Bielsa, pasando por Txetxu Rojo, Txutxi Aranguren, Javier Clemente, Iñaki Sáez, Jupp Heynckes, Jabo Irureta, José Luis Mendilibar o Ernesto Valverde, entre otros.

Beñat estaría cerca

De todos ellos, Luis Fernández y Joaquín Caparrós son los que más larga continuidad han tenido, cuatro temporadas cada uno de ellos. Y de todos esos técnicos solo uno, el de Utrera, llegó a una final. Marcelo Bielsa alcanzó dos en su primer año. En este su segundo, el devenir en la competición ha estado demasiado mediatizado como para hacerle justicia. Si su deseo es el de seguir, con una plantilla donde estarán los que quieren estar y con caras nuevas que apuntalen el plantel, parece de recibo que tenga esa oportunidad.

Por cierto, todo apunta a que uno de esos futuribles será el bético Beñat. Ayer, Cope Sevilla aseguró que Ibaigane ha ofrecido por él ocho millones más variables, lo que podría rondar los diez `kilos'. El vizcaino recalaría en San Mamés para cinco temporadas. El acuerdo, dicen, estaría muy cercano. Otra pregunta para el presidente Urrutia.