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RUGIDOS ROJIBLANCOS

Despedidas, las justas

 

Borja IRIZAR Socio del Athletic

Llega el final del curso deportivo, casi, y de nuevo salen a la palestra las cuestiones típicas del periodo intertemporadas, despedidas y bienvenidas y, ¡cómo no!, el que sobresale sobre los demás es el de quien llevará la dirección del primer equipo la próxima temporada. Yo me sitúo en el graderío norte, pero al igual que otros muchos, muchísimos, aficionados del Athletic, tengo claro el deseo de contar para el año venidero con el mismo entrenador, aunque tengo mis dudas de que coincida con el de los rectores, o por lo menos los que figuran ante la gente como tales del club. Con dicho deseo no me posiciono en contra de las otras dos personas (una de ellas `cuasi invitada' a no renovar por la Junta del momento) que suenan; que algún día ocuparán dicho cargo. Ojalá.

No voy a realizar ninguna valoración sobre la temporada que finiquita. Simplemente, echemos la vista atrás y preguntémonos los motivos por los que los rectores del club decidieron acordar la contratación de Bielsa, crear un proyecto que volviera a ilusionar a la afición más allá del «resultado, amigo, resultado», y para ello qué mejor que el trabajo de un loco, un estudioso del fútbol, un trabajador infatigable, una persona con un alto grado de exigencia que empieza por él mismo (para tomar ejemplo) y que en consecuencia exige el compromiso que él es el primero en dar. Una persona honesta a la que no le duelen prendas en reconocer sus posibles errores y en pedir disculpas cuando puede haber ofendido a alguien, incluso en muchos casos de manera innecesaria. Un señor que vino a crear un equipo, que pareció hacerlo y a quien el mastodóntico mundo del fútbol, y algunos futbolistas que se obnubilaron con lo que él y sus compañeros les ayudaron a ser, se lo comió.

Y a pesar de ello -y aquí está también una de sus virtudes- cogió sus bártulos, sobre todo chándal y portafolios y en silencio siguió trabajando, sin quejarse de que no le traían lo que, supuestamente, solicitó. De que algunos, autoidolatrados en exceso, se bajaban de un barco del que contribuyó en gran medida a botar, en medio de una gran marejada que ha condicionado toda la temporada.

Para eso le trajeron, para agrandar más aún lo que es este club y que las circunstancias le han obstaculizado, pero parece que es tozudo y que tiene una espinita clavada, que siente que su labor no ha terminado y que puede dar más de sí. Si es así y él lo desea ¿por qué no dejarle? Ya ha dado muestras bastantes de que es capaz de hacerlo.

Y al final va a ser, Marcelo Bielsa, que tu propia integridad, tu propia honestidad, ese ansia por defender lo que crees que debes hacer por el bien de tu grupo, te puede llevar al hoyo. Como te diría tu compatriota Mafalda: «Pucha, Marcelo, ¿a vos nadie le dijo, vos con lo letrado que sos, no leyó que no se puede meter uno con los «Señores de Bizkaia», por la concha de su madre no pudo cerrar el pico en el affaire de las obras de Lezama? No, vos tenías que demostrar que Marcelo naciste y Marcelo morirás».

No comparto la opinión de aquellos que dicen que si la Junta decide prescindir de Bielsa tendría que dar muchas explicaciones, y ello porque dejando a un lado el tan manido cambio de ciclo y la pérdida de crédito, dos son los motivos que le van a facilitar dicha decisión: el primero que la masa social del Athletic siempre se ha caracterizado por animar a los suyos, y por otro, el más importante para la coartada, que las dos personas que se barajan como recambio son muy queridas en el entorno rojiblanco.

Despedidas habrá otras, unas obligadas porque el tiempo no perdona, como la de nuestro querido San Mamés. Alguna lagrimita ya caerá, en una afición que no ha conocido otro escenario de los sueños, el nuestro. Despedidas necesarias también habrá, las de aquellos que mamaron esto desde pequeños y se ofuscaron con lo `buenos' que eran. En este club deberán estar los que de verdad quieran estar y, el que no quiera, ahí tiene la puerta. Puerta que no debería abrirse para aquellos que, sonando en algún medio de comunicación como fichajes futuribles, tuvieron su oportunidad hace algún tiempo y la desdeñaron con malas palabras hacia este equipo. En caso contrario, nos mereceremos que nos pase lo que nos ha pasado con otros jugadores.

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