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Internacional

La hora de los adioses

Ferguson, Scholes, Owen y Van Bommel se retiran; Rooney quiere irse del United y Mancini fue cesado.

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Joseba VIVANCO

Llevaba razón Harry Pearson, columnista de ``The Guardian'', cuando ironizó con que José Mourinho rechazó ser Papa al saber que era un cargo de ayudante. Jupp Heynckes se despidió este fin de semana de su afición tras haber devuelto a su Bayern a lo más alto de la elite del fútbol alemán y continental. En su sentido adiós, el veterano entrenador matizó el calificativo de `El Especial' que le dedicaron los suyos: «Hay otras personas que hacen cosas más especiales que yo. Bomberos, enfermeros, los que trabajan en las ambulancias, soldados que han perdido su vida o han sido heridos. Gente especial». Él sí que es `The Especial One'.

Primero en el Allianz Arena ante su entregado público y con un 3-0 para rematar el título, y después ante unas 20.000 personas en las inmediaciones del ayuntamiento muniqués, donde el ``We are the champions'' resonó en la Marienplatz. No se libró el sonrojado Jupp de la tradicional ducha de cerveza en el mismo césped, ni siquiera el francés Ribery, perseguido por sus compañeros, y que no pudo evitar que Kevin Prince Boateng -sí, aquel que se lesionó de tanto practicar el amor con su escultural novia- le empapara en levadura, con su consiguiente monumental enfado. «No voy a volver a hablar a Boateng, sabe que soy musulmán. Estoy cabreado», clamó después el futbolista blue, cuyo nombre tras su conversión al Islam en 2006 -lo que le permitió contraer matrimonio con su esposa, Wahida Belhlami, francesa de origen argelino- pasó a ser Bilal -lo mantiene en su ficha profesional- Yusuf Mohammed.

Fue Mahoma el que dictaminó que el que bebe alcohol se emborracha, el que se emborracha hace acciones disparatadas, para ocultarlas miente y al mentir peca y debe ser castigado, si bien el Corán solo recomienda prudencia al beber. La que le echaron a Ribery era sin alcohol.

Desde luego que lo de la abstinencia no va con quien protagonizó el adiós de la jornada, Sir Alex Ferguson. «Estuvo bien llamándome jefe tras el partido, pero podía haber acompañado el saludo con una copa de vino en condiciones. Parecía aguarrás», comentó cierta vez el escocés respecto a Mourinho, sobre quien dijo «sé que es un tío muy listo, pero prefiero dejarle en paz y que haga lo que quiera siempre que me traiga una buena botella de vino».

El santo y seña, la leyenda viva del United agradeció, micrófono en mano, tras ganar 2-1 en Old Trafford, el respaldo a los hinchas, mientras en la grada se coreaba su nombre y se desplegaba una gran imagen con su rostro. «No tengo ningún guión en mi mente. Gracias Manchester United, gracias. Has sido la experiencia más fantástica de mi vida», dijo Ferguson, en un escueto y emotivo discurso de despedida.

«Mi jubilación no significa el final de mi vida con el club, voy a ser capaz de disfrutar viéndoles jugar en lugar de sufrir con ellos. Los goles, las reapariciones, incluso las derrotas, todo acerca de este gran club es cosa de todos», añadió el técnico, al que aún le queda un partido por dirigir, en el campo del West Bromwich el próximo domingo. «¿Qué haré ahora? Ir al `gym', leer sobre JFK, cocinar y llevar a mi mujer al cine», le contestó al ``Daily Mail''.

El cáncer gana al fútbol, Petrov

No fue la única despedida en el Teatro de los Sueños. También lo hizo el pelirrojo Paul Scholes, esta vez, sí, la definitiva. Solo Ryan Giggs y Bobby Charlton han disputado más partidos que él con la camiseta de los Red Devils. «Cuelgo definitivamente las botas, esta vez es la buena», certificó. Llegó con 14 años y se marcha con 38, el hombre de pocas palabras, tímido fuera del campo, que solo quería jugar al fútbol. Profesional incansable que, según cuentan, entrena una hora en el gimnasio de su casa antes de irse a dormir. Xavi Hernández lo calificó como «el espejo donde mirar» y el mismísmo Zidane le catalogó como «el jugador más difícil» al que tuvo que enfrentarse.

Se va Fergie, se va Scholes y todo indica que el siguiente en salir será Wayne Rooney, que se quedó fuera de la lista en el último partido y el propio Sir Alex anunció que el delantero ha pedido ser traspasado. Otro histórico artillero que cuelga las botas es Michael Owen, tras su efímero paso por el Stoke City. El que fuera Balón de Oro en 2001 se encontró con su Mercedes lleno de una masa de huevos y harina antes del encuentro de su equipo. En su cuenta de Twitter colgó una foto del `tuneo' realizado por sus compañeros, junto al mensaje: «Esto es lo que echaré de menos cuando cuelgue las botas».

Forzada es la despedida del búlgaro Stilyan Petrov, que anunció que deja el fútbol debido a la lucha que mantiene contra la leucemia. Desde hace un año, los aficionados del Aston Villa en el minuto 19 de cada partido explotaban en un estruendo de aplausos en muestra de apoyo y solidaridad. Este fin de semana, Villa Park le dedicó un emotivo homenaje. También fue agradecida la ovación que Goodison Park le tributó a su todavía técnico David Moyes. La grada Toffee aclamó a quien ha sido su entrenador durante los últimos diez años. Agradecimiento y satisfacción porque uno de los suyos vaya a dirigir a uno de los grandes, el United. Y encima deja al Everton, por primera vez, dos años seguidos por encima de Liverpool.

Próximo adiós también, esperado y sabido, de Rafa Benítez en el Chelsea, y cantado cese de Roberto Mancini al frente del City tras perder la FA Cup. «El Manchester City no ha cumplido ninguno de los objetivos marcados este año», reza el comunicado del club sobre el despido del italiano. Curioso que el mejicano Chicharito Hernández marcara el primer gol del United el domingo en el minuto 38 y 26 segundos, y justo son 38 títulos los logrados por Alex Ferguson con los Devils y 26 años los que lleva en su banquillo. Pues bien, el 13 de mayo de 2012 un gol de Agüero en el minuto 94 hacía campeón al City; y un 13 de mayo de 2013 Mancini ha sido destituido de su banquillo.

Los tres primeros clasificados en esta Premier League, United, City y Chelsea, tendrán nuevo entrenador la próxima campaña, y con la marcha de Fergie, Mancini y Moyes solo tres entrenadores de la Premier llevarán más de dos años y medio en el cargo: Wenger, Pulis y un Roberto Martínez que este martes vio cómo su Wigan del alma perdía la categoría tras caer 4-1 ante el Arsenal -que confirma su 4ª plaza-, y eso tras haber conquistado la FA Cup solo unos días antes, primer título de la historia del modesto club latic.

Acompañará al QPR y Reading, mientras Norwich y Newcastle certificaron su salvación. Regresará el Hull y el galés Cardiff, mientras el tercero saldrá de la final en Wembley este fin de semana entre dos londinenses, Crystal Palace y el Watford del portero navarro Almunia.

Quien se ha asegurado la tercera plaza para la Champions League es el Chelsea, con dos goles de Frank Lampard, que le auparon como máximo goleador de la historia del club blue en sus 108 años, con 203 tantos. Y su renovación sigue sin sellarse.

También confirmó su retirada del fútbol el jugador holandés Mark van Bommel, el gran capitán del PSV, que para hacer honor a su juego duro se despidió este fin de semana viendo la cartulina roja por dos duras entradas. Junto a Van Nistelrooy y Andre Ooijer se encargarán de la cantera del equipo de la Phillips.

También fue expulsado por un codazo a un rival Francesco Totti, en el aburridísimo empate sin goles entre Roma y Milan, que miran de lejos el segundo campeonato consecutivo de la Juventus. El presidente de la entidad biannconera ligada a la Fiat, Agnelli, tiene claro que «el mejor triunfo siempre es el próximo. Ninguna Juve ganó tres Scudetti seguidos excepto en 1930-35; es nuestro gran reto». Éxito de los turineses, calvario de un Inter que desde hacía catorce años no se quedaba fuera de Europa -el juego de los interistas es el termómetro del Calcio, dice la máxima italiana-, y descenso del Palermo.

Vuelve el Mónaco

Festejos en Turín y celebración chafada por los ultras del PSG parisino. El club capitalino ha tenido que esperar 19 años para alzarse con la Ligue 1 -tras ganar 0-1 a su máximo rival el Olympique de Lyon- y lo ha hecho de la mano de un Ibrahimovic que se mosqueó de lo lindo cuando todos sus compañeros festejaban el título y él se quedó pasando el control antidopaje. El sueco, junto a David Beckham y Maxwell, han sido campeones en cuatro países diferentes.

Pero al club del jefe Al Khelaifi se le anuncia un duro rival, el Mónaco del 79º hombre más rico del planeta, Dmitry Ryboloviev, capaz de comprar el edificio más caro de New York para su hija, adquirir dos islas del Mar Jónico para su cumpleaños o adentrarse en el mundo del fútbol a través del club monegasco, entrenado por el viejo zorro Claudio Ranieri. Acaba de confirmar su ascenso a Ligue 1, pero antes la Federación francesa le exige un pago de 200 millones de euros para ser aceptados, con el objetivo de atenuar las ventajas fiscales de las que goza en el Principado y que durante años le han permitido fichar figuras como Henry, Trezeguet, Klinsmann, Morientes, Saviola, Thuram, Barthez... Entre ellos no está un genio del balón como Ronaldinho, que vive una segunda juventud en el At. Mineiro, plagada de grandes goles. Este sí que no se retira: «Si es posible, quiero jugar hasta los 45 años». Que lo veamos.

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