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CRíTICA: «Rebelde»

La leyenda de la bruja guerrera en el corazón de África

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Mikel INSAUSTI

Por más años que pasen, los ojos occidentales seguirán mirando con extrañeza hacia lo que ocurre en el continente negro. Las imágenes de «Rebelde», como las recién comentadas de la película alemana «El río que era un hombre», se mueven entre la pesadilla y la locura. Esto es así, porque se trata de una realidad social y cultural que nos sobrepasa, que no podemos situar dentro de lo que entendemos por normalidad, desde el momento en que no se da el derecho a la vida, que es el más elemental de los derechos. El cineasta de origen vietnamita, afincado en Canadá, Kim Nguyen, universaliza el problema mediante un lenguaje simbólico y una narrativa emparentada con el realismo mágico. Para ello se sirve de la leyenda birmana de la bruja de la guerra, que traslada a los conflictos bélicos africanos.

«Rebelde» utiliza a la vez un estilo documental de base, apreciable en el manejo de la cámara al hombro. Resulta oportuno porque el tema de los «niños soldado» está muy presente, aunque no domine por entero la película, lo que sí sucedía en «Johnny Mad Dog». Y no lo domina, porque Kim Nguyen ha querido hacer una fábula africana sobre una supervivente que representa, en medio de la muerte, la esperanza de futuro. La media de edad de los «niños soldado» es muy corta, y la protagonista de esta historia es considerada una bruja por el resto de los combatientes del bando rebelde al salir indemne de las escaramuzas y tiroteos.

El relato parte de la propia Komona embarazada, mediante una voz en off que representa su diálogo interior con el bebé que espera. Va contándole a la criatura todas las atrocidades y dificultades que ha superado de forma milagrosa, empezando por la obligación de ejecutar a sus padres, como paso forzoso para el reclutamiento armado. Llegada la hora de entrar en combate, será narcotizada con un enervante vegetal, que provocará las visiones de los fantasmas paternos, entre otras alucinaciones. Hasta su condenado y violentado romance con otro niño soldado sigue un extraño ritual, dado que el chico es albino y ello implica el sacrificio de un gallo blanco.

 

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