Si lo ocurrido hace un mes en el Boulevard de Donostia situó en primer plano la cuestión de los juicios políticos, el muro popular creado estos días en Ondarroa y desmantelado ayer por la Ertzaintza para encarcelar a Urtza Alkorta ha puesto además en el ojo del huracán la posición del Gobierno de Lakua. Tras materializarse la detención ayer al amanecer y constatarse el gran rechazo ciudadano que ha suscitado, se produjeron diferentes emplazamientos a Iñigo Urkullu y su gobierno para que se sumen al proceso de soluciones en vez de alinearse con el Estado.

Este llamamiento fue abanderado por EH Bildu, por un lado, y por el grupo de sindicatos que conforman la mayoría sindical con la excepción de ELA, por otro. Por parte de EH Bildu, estuvieron en Ondarroa varios dirigentes y parlamentarios, con la portavoz en Gasteiz, Laura Mintegi, a la cabeza. Imágenes de vídeo que tuvieron gran difusión en internet mostraron cómo la Ertzaintza llegaba a amenazar con detener a Maribi Ugarteburu pese a que portaba su identificación de parlamentaria y se había identificado como tal ante los agentes.

Concluida la operación con la detención de Alkorta, tras más de tres horas en las que la Ertzaintza volvió a tener que retirar una a una a las personas que conformaban el muro humano, en tono muy sereno Mintegi concluía que a Lakua le está llegando la hora de «decidir a quién es leal», si a la ciudadanía vasca o a una Audiencia Nacional «que de manera arbitraria y absolutamente injusta» provoca estos encarcelamientos.

En declaraciones a Radio Euskadi, Mintegi subrayó que «ya está claro que tiene que acabar la fase de violencia». «No se puede repetir este tipo de actuación, donde la Policía vasca actúa del brazo de la Policía española y lleva a ciudadanos vascos a Madrid, como hemos visto el otro día en Donostia por la actividad política y en este caso por una autoinculpación después de haber sufrido torturas».

Además, la portavoz de EH Bildu explicó que a las 7.30 de la mañana le había telefoneado la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia. «Me ha llamado, me ha pedido que se desarrollara todo sin violencia y que yo fuera un poco la persona que calmase, y conmigo otros parlamentarios vascos. Y yo también le he pedido que actuasen también de una manera ordenada y sin violencia». Tras producirse la dificultosa detención de Alkorta, destacó como resumen que «la gente estaba aquí sentada y se la han llevado a la fuerza, y para eso han necesitado muchos efectivos. No ha habido ninguna violencia, yo felicito al pueblo de Ondarroa y a la gente que ha venido aquí».

«Encarcelar el futuro»

Varios sindicatos tenían prevista una comparecencia a mediodía en este Aske Gunea de Ondarroa para valorar la situación, pero la Ertzaintza se adelantó esta vez. Así las cosas, emitieron una nota en términos que también conllevan una clara apelación al Ejecutivo de Urkullu para que tome partido.

LAB, ESK, STEE-EILAS, Hiru y EHNE recalcan que el propio lehendakari «sabe que estas fotos y las de Aiete son incompatibles. Sabe que estas fotos no tienen el apoyo de la mayoría de la ciudadanía de Euskal Herria y que muestran una actitud de obstaculizar el nuevo y esperanzador escenario abierto».

Consideran que el resultado electoral de noviembre dio un «mandato» claro a Urkullu para que impulse ese proceso y le conminan por lo tanto a «elegir de una vez entre apoyar el proceso o seguir a las órdenes de Mariano Rajoy».

«Este pueblo no aceptará que se encarcelen su presente y su futuro», concluyen estos sindicatos vascos.

La secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, añadió en Onda Vasca que «la foto de Ondarroa no se produciría si todos estuvieran con una hoja de ruta de superar un ciclo. Una cosa es la legalidad y otra lo que es legítimo. Hay que demandar que se cambie la ley».