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Un puente entre el pasado y el futuro

Igual que el concepto de muro popular, que con tanto éxito ha arraigado en el imaginario colectivo de este país, la figura del puente, utilizada física y simbólicamente por los vecinos y vecinas de Ondarroa para expresar su apoyo a Urtza Alkorta y obstaculizar su detención, es perfecta para jugar con las palabras y tratar de unir este caso concreto con la situación general que vive Euskal Herria. Puede decirse, en este sentido, que ese puente refleja el presente de este pueblo, al unir de forma tan gráfica un pasado que se resiste a marcharse y un futuro que aguarda impaciente. Pasado, el que representan los cientos de ertzainas enviados a detener a una persona; y futuro, el que anhelan quienes ayer se apiñaron unos metros por encima de la ría como gesto de solidaridad.

Igual que hace unas semanas Donostia, Ondarroa ha dejado imágenes que quedarán grabadas en la retina de mucha gente. Quienes han participado en esta movilización han vivido en los últimos días momentos de tensión, de incertidumbre, de rabia y, en muchos casos, también de frío y sueño. Sin embargo, cuando dentro de unos años vuelvan la vista atrás, seguramente apenas recordarán nada de eso, y sí guardarán frescos en la memoria, como un tesoro, el compañerismo, el ánimo y el calor popular que han desprendido todos y todas ellas durante las 118 horas que han pasado junto a Urtza. Aske Gunea en el Boulevard, Zubi Harresia en la villa pesquera, han sido experiencias que han marcado a quienes han participado en ellas, pero también han supuesto un revulsivo para el conjunto de este país, un recordatorio de que no falta energía, imaginación ni determinación para superar obstáculos o bloqueos.

La consejera de Seguridad dijo estar orgullosa de la Ertzaintza, pero las palabras de Estefanía Beltrán de Heredia sonaron a profesional de la política. Tanto ella como los policías que participaron en el operativo querrán pasar página lo antes posible. Orgullosa de sus vecinos y vecinas estará, sin duda, Urtza Alkorta. Y Euskal Herria, de Ondarroa, por mostrarle la forma de atravesar el puente del pasado al futuro.

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