Bajo el lema «El retorno es un derecho y un deseo del pueblo», miles de palestinos recordaron ayer en las calles de la Franja de Gaza y Cisjordania el 65 aniversario de la Nakba (catástrofe), que significó el éxodo forzoso para cientos de miles de palestinos y la creación del Estado israelí. Alrededor de 760.000 palestinos fueron obligados a dejar sus hogares y lugares de origen por el avance de las tropas judías durante la guerra entre israelíes y árabes que siguió a la proclamación del Estado israelí el 15 de mayo de 1948. Actualmente, incluyendo a sus descendientes, hay cerca de cinco millones de refugiados palestinos. Unos 160.000 palestinos permanecieron en lo que ahora es Israel. Hoy, junto a sus descendientes, suman cerca de 1,35 millones, un 20% de la población del Estado sionista.

La principal manifestación de Cisjordania tuvo lugar en Ramallah. Los asistentes a la marcha, que partió desde la tumba de Yasir Arafat a la céntrica plaza que lleva el nombre del fallecido dirigente palestino, guardaron a las 12.00 65 segundos de silencio, uno por cada año transcurrido desde la Nakba.

En algunas de estas protestas se produjeron enfrentamientos con el Ejército israelí. En Hebrón, cuatro soldados tuvieron que ser trasladados a un centro sanitario después de que su vehículo acorazado fuera alcanzado por un cóctel molotov, según un portavoz militar. En Qalandiya, las fuerzas israelíes arrojaron gases lacrimógenos, al igual que en Beitunia.

En Gaza, unas 10.000 personas marcharon con banderas palestinas y llaves de hierro o madera simbolizando el hogar perdido. En declaraciones a los medios, Zakareya el Agha, responsable de refugiados en la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y miembro de su Comité Ejecutivo, remarcó que «no habrá paz duradera y permanente con Israel si ésta excluye esta cuestión fundamental. No hay alternativa al derecho básico de retorno del pueblo palestino y la aplicación de las resoluciones de la ONU». El retorno de los refugiados a su tierra está reconocido en la resolución 194 de la ONU, pero su aplicación plena nunca ha estado sobre la mesa en las negociaciones por el veto israelí.

El jefe negociador de la OLP, Saeb Erekat, lamentó en un artículo los «65 años de impunidad» de los que ha gozado Israel e instó a la comunidad internacional «a tomar una acción directa para devolver a Palestina al mapa». «Durante 65 años, nuestro pueblo ha vivido con las vicisitudes y la humillación de ser tratado como extranjero tanto en el exilio como en su propia tierra», denunció Erekat, para quien la simple conmemoración de la Nakba debería ser un «motivo de vergüenza» para todo el mundo. El negociador comparó los «dolorosos compromisos» hechos por los palestinos con la postura de los «ocupantes», que «no quieren la paz». Por ello, pidió el apoyo a la iniciativa de paz impulsada por EEUU, porque «es momento de hacer bien las cosas».

En un discurso televisado con motivo de la fecha, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, reivindicó «la victoria contra todos los que han intentado enterrar la identidad y derechos» del pueblo palestino.

«Hemos hecho enormes sacrificios. Miles de mártires y decenas de miles de heridos. Hoy no hay país en el mundo, incluido EEUU, que niegue nuestro legítimo derecho a un Estado independiente en los territorios ocupados», subrayó.

En un tono similar, el líder del Frente Democrático para la Liberación de Palestina, Nasser Salih, alabó la firmeza demostrada durante estos años y reiteró el derecho de retorno de los palestinos frente a quienes quieren «borrar la identidad nacional».

El dirigente del Frente Popular para la Liberación de Palestina, Kayid al Ghoul, advirtió de que, de cara a hacer presión y lograr una «patria alternativa», es vital que los distintos grupos sellen su reconciliación. En el marco de este aniversario, el martes Hamas y Al Fatah anunciaron en El Cairo la formación de un gobierno de unidad nacional y convocar elecciones simultáneas, dándose para ello un plazo de tres meses.