La Parlamento británico rechazó ayer la enmienda de un grupo de diputados conservadores que mostraba su descontento por la falta de legislación para un referéndum sobre la pertenencia de Gran Bretaña a la Unión Europea. La Cámara de los Comunes rechazó la propuesta por 277 votos frente a 130. Se trata de una moción simbólica -el rechazo estaba previsto- que acentúa la presión de los tories euroescépticos sobre el primer ministro, David Cameron. De hecho, más de un centenar de diputados conservadores la secundaron, enfadados porque el proyecto que presentó el Ejecutivo la semana pasada no hace referencia al plebiscito sobre la UE que Cameron se comprometió a convocar si gana las elecciones.

Para tratar de calmar al sector más crítico de su partido, Cameron anunció un borrador de una proposición de ley que sienta las bases de una eventual consulta. En él esboza un plan para convocar antes del 31 de diciembre de 2017 un plebiscito con la pregunta «¿Cree que el Reino Unido debería continuar siendo miembro de la UE?». Pero un sector de los diputados tories ve insuficiente la iniciativa, que tiene pocas opciones de prosperar.