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Raimundo Fitero

Decoro

 

TVE no nos deja respirar. Han quitado todo el aire acondicionado que les hacía parecer contemporáneos y en cada entrega nos demuestra el equipo de control que la dirige que han llegado para llevar al ente a las catacumbas de las catedrales más reaccionarias. La última, una pieza absolutamente «vintage», en la que dedicaron unos buenos minutos a indicar cómo deben vestir con «decoro» las jóvenes, huyendo de las minifaldas, los pantalones caídos, los top muy cortos y cosas de ese tenor que nos llevan sin máquina ninguna a los años sesenta del siglo pasado en los que el desarrollismo y el turismo trajeron bikinis, minifaldas y libertades sexuales totalmente reprimidas por el franquismo y sus sotanas que hacían de TVE un gran púlpito y el gran represor de cuerpos y almas.

Ya no se puede considerar una casualidad, un error, un exceso de un grupo de redactores, sino que estamos ante una cruzada moralista en toda regla, en una de esas acciones que se diseñan, se ejecutan y van calando en todos los estamentos, porque además de los que se ponen a hacer estos trabajos, a emitirlos, están los jefes que los mandan y los chivatos que controlan y señalan a quienes no siguen las consignas. Hace poco más de una semana trajimos el asunto de los rezos para paliar los efectos del paro, ahora estas recomendaciones a los padres, para que sus hijas, «no provoquen». Es decir, aquellas tesis puestas en sentencias contra violadores en donde a la víctima se la acusaba de provocar. Ese es el pensamiento desde el que se realizan este tipo de advertencias a padres despistados. El machismo más asqueroso, la vuelta a la oscuridad, al pecado, a lo pringoso de un pensamiento impúdico, alimentado por el olor a cirio revenido.

Intentan recuperar la supremacía machista, volver a tener todas las potestades sobre el cuerpo de la mujer. La atrocidad que está preparando Ruiz Gallardón con la ley del aborto va en esa misma dirección. He escuchado a una tertuliana insinuar que el paro sube tanto porque trabajan las mujeres. Y TVE está en cabeza de esta involución. La solución es el mando a distancia, pero va a hacer mucho daño esta terrible campaña reaccionaria y sin decoro democrático.