Con frío y lluvia pero con más fuerza e ilusión, la asociación que trabaja en favor de la nueva escuela pública vasca llevó a cabo ayer la fiesta en la Txantrea, incluida la especial Korrika que alegró las calles del barrio. Amaiur Ikastola, Sanduzelai, Elorri, Mendigoiti, Alaitz, Atargi y todos los centros que han organizado durante estos años la fiesta de Sortzen Ikasbatuaz corrieron pasando el testigo de mano en mano, recordando el trabajo hecho hasta ahora.

Según explicó la coordinadora general de la asociación, Aitziber Martínez de Lagos, ese era el objetivo de la jornada: «Simbolizar el camino recorrido, homenajeando a todas las escuelas».

Abierta a toda la comunidad

El acto del mediodía, que fue amenizado por un cuentacuentos y bailes, sirvió para hablar de lo que ha sido Sortzen Ikasbatuaz hasta el momento y cómo han hecho el proceso de reflexión durante todo este curso.

Describieron, además, qué tipo de escuela van a reivindicar en la práctica. Y remarcaron que quieren ser la organización de toda la comunidad educativa que está en favor de la nueva escuela pública vasca y que en ella todos tienen cabida. La presentación de esa nueva escuela, dedicándole un área a cada aspecto y haciendo una demostración (el euskara, la innovadora pedagogía, la educación y la integración, y el currículum nacional) estaba prevista para hoy pero, dado el mal tiempo y la delicada situación económica de la asociación, tuvieron que suspenderla.

Eso sí, en la comida popular, que tuvo lugar en la escuela Bernart Etxepare, se reunieron unas 800 personas en un ambiente espectacular y los organizadores se mostraron satisfechos porque, a pesar de la pena y la impotencia por haber tenido que cancelar el programa de hoy -la jornada más potente de esta iniciativa de dos días-, lograron congregar a mucha gente y sacar adelante los actos.

Aprovechando la tregua

Ya en la sobremesa, cuando la lluvia que cayó de forma intermitente había dado una tregua, desde la organización comentaron a GARA que también podrían realizar la kalejira de la tarde, con un camión poniendo música al estilo de Carlinhos Brown.

En ese momento los pequeños estaban disfrutando de talleres y los no tan niños de la tómbola, todos dentro del colegio Bernart Etxepare. Luego se iban a dirigir a las piscinas, ya que allí estaban previstos los conciertos con grupos del barrio y un DJ.

Y como lo hicieron en el comunicado difundido entre semana anunciando la anulación de la fiesta del domingo, quisieron trasladar un mensaje positivo: «A pesar de las dificultades, estamos ansiosos por seguir adelante».