La plantilla de Inasa exige agotar las opciones para la vuelta a la actividad
Los trabajadores de Inasa exigieron ayer agotar todas las opciones existentes para la adquisición de la fábrica por parte de un grupo inversor interesado en hacerse con ella, lo que supondría la vuelta al trabajo de 115 personas. Por ello, en los próximos días harán una propuesta para garantizar su futuro, al tiempo que tratarán de impedir la venta de la maquinaria acordada esta misma semana. Entretanto, llaman a los vecinos a manifestarse hoy a las 19 horas.
Joseba SALBADOR |
No es la primera vez que los trabajadores de una empresa vasca se ven obligados a apostarse delante de la fábrica para impedir que la dirección saque las máquinas y desmantele así las instalaciones. Ha ocurrido en Inama (Muxika), más recientemente en Perot (Zizurkil) o Upacat (Donostia), y ahora les ha tocado a los de Inasa, factoría de Irurtzun especializada en la transformación de aluminio, que anunció su cierre en junio del año pasado y que se encuentra en concurso voluntario de acreedores desde noviembre.
El paso dado por los trabajadores de la antigua Reynolds se produce tras conocerse que su actual propietario, la firma alemana de capital riesgo Bavaria Industrie Kapital AG (Baikap) -representada por Santiago González-, ha formalizado esta misma semana la venta de un importante lote de maquinaria a la británica Bridgnorth Aluminium Limited, pese a conocer que existe un grupo inversor interesado en reactivar la producción, lo que implicaría la vuelta al trabajo de 115 personas.
La asamblea de trabajadores, reunida ayer a las puertas de la fábrica, confirmó que «hoy en día sigue habiendo interés por la fábrica» y que «existen posibilidades para formalizar otras ofertas de cara a garantizar su futuro», tal y como explicó el exdelegado de LAB Fernando Carrión Galarza.
Por ello, anunció que «estamos trabajando y avanzando la posibilidad de presentar una propuesta concreta los próximos días» para que fructifiquen dichas gestiones, al considerar que «existe una alternativa al cierre». A su juicio, «no se puede dejar escapar una oportunidad de crear 115 puestos de trabajo», algo que supondría un importante alivio para una comarca en la que el paro supera el 25% de la población.
Asimismo, la asamblea de trabajadores se mostró decidida a «impedir a toda costa la salida de un solo camión de las instalaciones de Inasa», para lo que pondrán «todos los medios que estén a nuestro alcance». En este sentido, hizo un llamamiento a los vecinos de Sakana a que estén «alerta» ante un eventual llamamiento que pudiera realizarse por parte de los trabajadores «ante cualquier movimiento de desmantelamiento».
Asimismo, llamó a participar en la manifestación que saldrá hoy a las 19 horas desde la plaza de los Fueros para exigir garantías de futuro para la empresa y reclamar al Gobierno de Nafarroa que intervenga para impedir que se materialice la venta de la maquinaria y se mantenga el máximo empleo posible.
En el acto de ayer, la asamblea de trabajadores contó con el apoyo de los ayuntamientos de toda la comarca de Sakana.
Entretanto, la formación política Sortu hizo un llamamiento de urgencia a todos los agentes políticos, sociales e institucionales para tratar de evitar que se consuma la venta de maquinaria «a empresas que no van a producir y crear empleo en Sakana. Esas máquinas son necesarias en Irurtzun y en Irurtzun deben quedarse», subrayó.
Varios cientos de personas mostraron ayer su apoyo a los trabajadores de las plantas de Acciona Energía en Nafarroa en la manifestación celebrada en Iruñea en contra del ERE de extinción presentado por la compañía -que en Nafarroa afectará a un total de 73 personas- y por el mantenimiento del sector de las energías renovables en este territorio.
La manifestación partió a las 18 horas de la antigua estación de autobuses de Iruñea, donde Iraia Lizarbe, miembro del comité de empresa por el sindicato de ELA, señaló que Acciona Energía «es una empresa con beneficios que otra vez vuelve a presentar un ERE por causas organizativas y de producción».
Arturo Arbiol, de UGT, aseguró que «el único problema que hay» en Acciona es que, tras la reforma energética, «esta empresa quiere seguir ganando exactamente lo mismo que ganaba antes y al final la factura, obviamente, la pagamos los trabajadores». J.S.