En sus dos primeras jornadas, el Manomanista se había parecido a una especie de duelo generacional en el que los pelotaris más jóvenes -con la salvedad de Abel Barriola- habían reivindicado su nuevo estatus en el escalafón individual. Sin embargo, con la entrada de los cabezas de serie, el tamiz del Manomanista, ese que separa las partes más finas de las más gruesas, se ha vuelto más exigente, apartando a dos aspirantes a hacer algo grande algún día como Beroiz y Jaunarena, de dos campeones del calibre de Juan Martínez de Irujo y Oinatz Bengoetxea, que se enfrentarán en semifinales tras sus cómodos triunfos.

Y es que, como quedó demostrado en los partidos de Donostia y Hendaia, el escalón existente hoy por hoy entre ese pequeño grupo de tres o cuatro elegidos habituados a jugar las finales individuales y el resto sigue siendo grande.

Y eso que ayer, en la velocísima cancha del Daniel Ugarte de Hendaia, Jon Jaunarena tuvo un arranque de partido más que prometedor, llegando a ponerse 2-7 por delante en el marcador. Cruzando bien su saque, abriendo hueco con buenos pelotazos con ambas manos y arriesgando con el dos paredes, el más joven de los dos leitzarras puso en tensión al favorito.

El saque, clave

Sin embargo, una buena dejada le sirvió a Oinatz Bengoetxea para recuperar el saque y el guión del partido cambió por completo. Porque sus grandes restos a bote le sirvieron el domingo pasado a Jaunarena para vencer a José Javier Zabaleta en el Astelena, pero para poder hacer frente a todo un Oinatz Bengoetxea, más aún en un frontón como el del complejo Beltzenea de la localidad lapurtarra, restar de aire se antoja indispensable.

Sin embargo, Jaunarena prefirió no adelantarse, apenas lo hizo en tres ocasiones, y su rival lo crujió en el saque-remate. Al margen de los cuatro tantos que consiguió con el pelotazo inicial, echando mano de unos grandes recursos, el delantero de Asegarce también logró hasta otros seis tantos empleando otro pelotazo más.

Pero es que además, Jaunarena desperdició las pocas ocasiones en las que Oinatz se equivocó y le dejó pelota servida para pasar a dominar -mandando una pelota al techo y otra bajo chapa-. Y tampoco pudo jugar demasiado a bote, porque las especiales condiciones del frontón, con un frontis lento y un suelo rapidísimo, beneficiaron el juego eléctrico de Bengoetxea VI, mientras que a Jaunarena no le dio tiempo a armar su brazo para jugar largo y la volea tampoco le funcionó del todo bien.

Fácil para Irujo

Menos de media hora necesitó el viernes por la noche Juan Martínez de Irujo para deshacerse de su buen amigo Mikel Beroiz, en un partido bastante más cómodo de lo previsto para el delantero de Ibero (22-6).

A pesar de que ninguno de los dos estuvo brillante en el resto, las dudas iniciales del de Aspe apenas duraron media docena de tantos, ya que enseguida sacó a relucir todo su potencial, reduciendo las opciones de Mikel Beroiz al mínimo. El zaguero de Uharte ha protagonizado un brillante Manomanista, pero como le sucedió a Jaunarena, el escalón de medirse a un primer espada en buena forma le resultó insalvable.