Play offs de la NBA
Cuando 36 puntos no son suficientes
La defensa de los Pacers y la superioridad de Roy Hibbert en la pintura hizo que Indiana Pacers forzara el empate. LeBron James se quedó excesivamente solo.
Arnaitz GORRITI
Los números, si no se traducen en victoria, acaban en papel mojado. LeBron James, medida de todas las cosas en las dos últimas ediciones de la NBA, sumó 36 puntos, con una carta de tiro de 14 de 20, y 8 rebotes en el segundo partido de la final de la Conferencia Este, pero sus Miami Heat cayeron por 93-97. The Choosen One acabó por quedarse solo pese a los 17 puntos y los buenos minutos de Chris Bosh y los 14 tantos de Dwayne Wade. Sin embargo, Indiana fue un equipo más compacto, dominó la pintura, y sus últimas defensas ahogaron el ataque de los beach boys, forzando las acciones a un LeBron James que, pese a su partidazo, perdió dos balones en los segundos finales. David West, pese a no vivir su mejor día en el tiro -2 de 9- se hizo con esos dos balones que son de oro puro. Cabe recordar que hasta la fecha Indiana no ha perdido en su cancha, aunque tampoco ha recibido a Miami.
Si Paul George fue el gran héroe del primer partido para los Pacers, Roy Hibbert superó a su compañero de equipo en este segundo envite. Si George sumaba 22 tantos y 6 asistencias, con 29 puntos y 10 rechaces, el poste jamaicano se erigió en el verdadero catalizador del juego de Indiana. Ya en el primer partido, decidido con la famosa penetración de LeBron James, se criticó con dureza al técnico Frank Vogel por prescindir de Hibbert para la última defensa, al opinar que sus 2,18 metros y su intimidación hubieran supuesto un obstáculo añadido para evitar el buzzer beater de la estrella de los Heat. En esta ocasión el preparador de Indiana no se halló en esta encrucijada, pero lo cierto es que Hibbert respondió a la perfección, no solo por sus números, sino porque elevó la defensa de los Pacers a un nivel superior.
Frío en Miami
Pese a que el American Airlines Centre Arena suele albergar un público entusiasta, le costó entrar en calor en este segundo choque de la serie. Tras su agónica victoria en el arranque de la ronda, quizá se esperase un bajón en los Pacers, pero estos arrancaban endosando un 12-22 a su rival, con Bosh siendo el único que daba señales de vida.
Más tarde aparecería LeBron, pero no fue hasta que una serie de técnicas, primero sobre el técnico ayudante de Indiana Brian Shaw tras una disputa entre Sam Young y James, y luego otra a Tyler Hansbrough por golpear a Dwayne Wade, metieron de lleno a los locales en el partido empatando el encuentro a 37. Entonces un parcial de 3-16 despegó nuevamente a los Pacers con un Paul George estelar, que culminó una gran penetración superando a James y machacando en la cara de los pívots rivales. Acciones como esa merecieron que la estrella de los Heat reconociera en varias acciones el mérito del joven alero. La rivalidad entre Paul George y LeBron James contrastaba con su honestidad a la hora de valorar las acciones más meritorias de uno y otro.
Miami aguantaba gracias al buen hacer de su principal referente, pero no podía hacerlo todo. Chris Bosh se valía de su portentoso lanzamiento de media y larga distancia para ofrecer un poco de ayuda a su jefe, pero sus acciones se limitaban a rachas que se paraban cada poco, mientras que Wade, aunque sumaba de cuando en cuando, se mostraba lejos de su mejor versión: Flash ya no parecía Flash, y el resto de exteriores tampoco echaban una mano en la anotación. Si LeBron James firmó un más que aceptable 3 de 7 en triples, el resto de sus compañeros sumaban un 4 de 15 desde más allá de los 7,25 metros, con un 2 de 5 para Bosh como único elemento positivo para los dirigidos por Eric Spoelstra en lo que a lanzamiento exterior se refiere.
Y aun así, los Heat no solo se mantenían en la brecha, sino que lograban adelantarse 88-84 a pocos minutos para el final, cuando Bosh encontró su última conexión con el aro.
Tiros libres y defensa
Frank Vogel, por su parte, veía que la amenaza de Paul George, Lance Stephenson y George Hill desde fuera -5 de 10 en triples- más el poder reboteador de West y Hibbert ofrecían por un lado opciones para poder hacer segundos esfuerzos, así como huecos para que los lanzadores amagaran el tiro y se lanzaran a buscar la penetración y la falta.
Los Pacers lanzaron más tiros libres que los Heat -32 a 26- y además con mucho mayor acierto -26 canastas desde la «distancia de la caridad» para Indiana, mientras que Miami anotaba en 18 ocasiones-. David West y Roy Hibbert se hincharon a acudir a la línea de 4,60 metros, y firmaron un 18 de 20 entre los dos. West, además, certificaba la última remontada de los Pacers, logrando el 91-93.
En vista de lo sucedido en el primer encuentro, la tarea en ataque ya estaba completada, pero si los Pacers querían «robarle» el factor cancha a los Heat, debían cerrar su canasta a cal y canto. LeBron James volvió a recibir todos los balones del mundo, pero al parecer la frustración por la mala defensa de Indiana al final del primer partido se convirtió en una motivación extra para perfeccionar ese aspecto. Los de Frank Vogel demostraron que habían aprendido la lección de la retaguardia, y esta vez no fallaron.
LeBron vio su camino hacia la canasta cerrado, en parte gracias a la presencia de Hibbert. Cuando el número 6 de Miami doblaba el balón para sus compañeros, David West saltaba como un gato salvaje a por el balón. Así lo hizo en dos ocasiones consecutivas. Apremiado por el tiempo y el marcador, Miami no podía sino parar a sus rivales en falta, confiando en que estos fallarían sus tiros libres. pero esto no sucedió. Pese a su partidazo, LeBron James vio que 36 puntos no eran suficientes.
La defensa de Indiana aprendió la lección respecto al final del primer partido. Su defensa obligó a LeBron James a doblar el balón y David West sumó en los últimos segundos dos robos que propiciaron el triunfo de Indiana por 93-97 y el empate a uno en la final del Este.
La NBA es sinónimo de competitividad, pero esta no está reñida con la admiración. Tanto LeBron james como Paul George, las estrellas de Miami e Indiana, se retaron en duelo en muchas jugadas, pero también se felicitaron mutuamente tras varias acciones de mérito.
La oficina de la NBA multó al escolta titular de los Grizzlies de Memphis, Tony Allen, con 5.000 dólares por «exagerar» la caída en la entrada que le hizo el argentino Manu Ginóbili en el segundo partido de las finales de la Conferencia Oeste que su equipo disputa contra los Spurs de San Antonio.
La multa se enmarca dentro de la política de la violación de la política contra el «flopping» que ha comenzado a aplicarse a partir de la presente temporada.
Pese al «teatro», la falta de Ginóbili fue castigada como flagrante. GARA