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Iker Bizkarguenaga Periodista

Es una obsesión

La invitación que Iñigo Urkullu hizo hace unas semanas a PP y PSE para forjar un «pacto de país» ha desconcertado a bastante gente que piensa en clave abertzale, en muchos casos sin el peso de ninguna sigla concreta. Gente que el pasado 21 de octubre hizo las cuentas de la lechera y le salieron 48. Sin embargo, la actitud del lehendakari no puede calificarse como sorpresiva, al contrario.

Sociológicamente, Urkullu y el resto de los dirigentes actuales del PNV, Ortuzar, Bilbao, Mediavilla y compañía -esos a los que llamaban «jobuvis» pero que ya no son «jo»-, están más cerca de sus homólogos del PSE y PP que de cualquier representante de la izquierda abertzale.

Quienes mandan hoy en Sabin Etxea han compartido durante años muchos saraos, actos institucionales y seguramente también espacios de ocio con López, Pastor, Basagoiti y demás, con quienes tienen en común la profesionalización de su actividad política. Si la anterior generación de líderes jeltzales atenuaba su enorme discrepancia con la izquierda abertzale con algunas experiencias compartidas en el contexto de la dictadura, ya no ocurre nada de eso, y ambas partes se parecen lo que un huevo a una castaña. Algo que sin embargo no ocurre en la calle, sobre todo entre gente de edad, donde abundan las cuadrillas «mixtas». Y para uno que tienen con otro perfil, lo utilizan para dar leña. Joseba, zer hintzen eta non hago....

Y políticamente, el PNV tiene una obsesión: fijar ante la opinión pública, y si puede en los libros de historia, que hace 35 años fueron ellos los que acertaron, no quienes apostaron por la ruptura con el Estado y decidieron enfrentarse a él con todo lo que tenían. Lo dejaba claro un comentario escrito recientemente en la blogosfera jeltzale: «lo más importante, lo principal, es que quede claro que ETA ha fracasado». Y en eso andan. Supongo que aun les escuece la respuesta que les dieron cuando, tras la ruptura del anterior proceso, le propusieron al PSOE hablar de lo que habían negociado con la izquierda abertzale. Eguiguren y cía. les dijeron que sí, que podían esperar sentados.

Tienen esa obsesión -qué le vamos a hacer- que, por cierto, les lleva a cometer errores de bulto, como dejar la estabilidad institucional y la suya propia al albur de lo que le apetezca hacer cada mañana a Patxi López, quien debe estár que ni se lo cree de contento, digan lo que digan las encuestas. Quién se lo iba a decir hace unos meses...

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