No me refiero, exclusivamente, a la amenaza de regreso del führercito de labio superior paralizado, pelo engominado joseantoniano y espasmódica risa de hiena. El regreso de la momia sería hasta divertido. Cómico por lo grotesco de su fatuidad. Narciso a su lado, un acomplejado.

Son otras señales las que nublan la vida en la Corte

¿Por qué si no el cardenal Rouco Varela, miembro de la Real Academia de Doctores de España, arzobispo de la archidiócesis de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, está formando un comando de ocho sacerdotes exorcistas, ocho?

La presencia de Satán en la capital del imperio donde no se ponía el Sol ha sido constatada por los príncipes de la Iglesia católica que para eso tienen estudios. Las ekintzas protagonizadas por el comando Vade retro Satanás (Belcebu alde hemendik) estarán supervisadas por César Franco, uno de los tres obispos auxiliares de Madrid, Doctor en Teología por la Pontificia de Comillas y nada menos que diplomado en Ciencias Bíblicas por la Escuela Bíblica y Arqueología de Jerusalén.

Armados con el «Rituale Romanum» («Exorcizandis obsessis a Daemoni») y el «De exorcismis et supplicationibus quibusd» se aprestan al combate

En mentideros próximos a Moncloa dicen que la famosa niña de Rajoy era Linda Blair, la niña del exorcista. Que, en noches de luna llena ha sido vista en camisón montada a horcajadas en uno de los leones del Congreso frotando sus genitales contra su lomo mientras su cabeza daba vueltas en torno a su cuello, su boca expelía baba verde y de tanto en tanto una voz aguardentosa gritaba, de manera desgarrada: «¡Mariano, mira lo que hace la guarra de tu niña con la democracia a la española!», «métete los chuches por donde más amarga el pepino». Una cosa feísima y terrible. Así la demudada cara del gallego.

Otros dicen que las mal disimuladas marcas en la cara de Esperanza no son testimonios de varicela o acné juvenil sino cráteres por donde escapa el Mal en su huída. Escapa de ella, la marquesa, y amenaza con emponzoñar hasta el Manzanares. Dicen que afectó a Gallardón trastocando su carácter hacia más a la derecha, si cabe, y aumentando su crecimiento capilar (sobre todo en las cejas) en noches de luna llena. La licantropía es un engorro para los metrosexuales. También comentan de la aversión de Wert hacia los ajos y la curiosa frase de una entrevista: «no estoy continuamente mirándome en el espejo».

En el parque del Retiro a 666 metros sobre el nivel del mar se erige el monumento a Lucifer, el ángel caído. Tal cantidad de maldad destilada en cuerpos humanos resulta excesiva. Quizás todo forme parte de un plan orquestado por el Maligno y no sean sino marionetas en manos de Lucifer. Lo de rodear el Congreso es buena idea, no cabe ninguna duda, pero no habría que descartar la vigilancia nocturna de la estatua. El jueves próximo lo tenemos ocupado por la huelga. El siguiente es 6 del VI. Mucho 6.

Podíamos acudir al retiro madrileño pertrechados con botas llenas de agua bendita para impedir que reciban las órdenes de Belcebú. Así, de paso, le echamos una mano a Rouco.