Alcanzadas las dos primeras metas de la temporada, apenas dos peldaños separan al Alavés de su gran objetivo. 180 minutos que, si el equipo albiazul es capaz de mantener el nivel que ha ofrecido a lo largo de los últimos nueve meses, difícilmente ofrecerán un resultado diferente al ascenso de los albiazules.

Con todo el respeto que merece el Jaén, que por algo ha concluido la temporada en lo más alto de su grupo. Pero también con la certeza de que el equipo de Natxo González ha sido el mejor de toda la categoría, capaz de explotar sus virtudes, de corregir sus defectos, de sobreponerse a las adversidades y de hacer frente a los retos. Ninguno como el que esta tarde le lleva a la Nueva Victoria, el estadio en el que -con la tranquilidad de que un tropiezo, gracias a su primer puesto, tendrá posibilidad de enmienda- los gasteiztarras intentarán apuntalar el ascenso, para rematar el próximo sábado en Mendizorrotza.

Afronta el equipo este reto con la satisfacción de poder contar -situación prácticamente excepcional esta campaña- con toda la plantilla, con la buena noticia de que ni Competición ni Apelación se han apiadado del goleador rival Diego Cascón, que no podrá jugar hoy, y con la confianza que le da su propia trayectoria. «Tenemos que ser fieles a lo que nos ha traído hasta aquí», subrayaba el técnico, que viajó con 20 futbolistas.

Destacó igualmente el míster albiazul la importancia del esfuerzo personal como contribución al éxito colectivo. «Es nuestro momento y cada uno tenemos que sacar nuestro potencial. Hay que estar tranquilos, confiar en los compañeros y ser equipo -destacó-. Antes de cada partido hacemos todos una cadena, que simboliza que, si somos un equipo, nadie se cae. Tenemos que seguir luchando como un colectivo, que es lo que nos ha traído hasta aquí».

González, además, subrayó la importancia de «salir concentrados y abstraernos de todo lo que nos rodea, un nivel máximo de concentración para que la toma de decisiones sea la correcta» y de poder «hacer un gol». «Queremos sacar un buen resultado tratando de no pensar en el partido de vuelta -añadió-, como si no existiese».