La Real se clasificó para la final de la Copa, que se disputa hoy a las 11.00 en Barcelona, tras imponerse en la semifinal al Junior FC por 2-4. Será la tercera final en apenas dos semanas para las donostiarras, que ya se hicieron con el título de Liga hace quince días en su propio campo.

El de ayer fue un partido trepidante, que no tuvo ni un segundo para el respiro. Un trallazo exterior de María Romagosa adelantó al Junior, pero la Real fue capaz de dar la vuelta al marcador en un abrir y cerrar de ojos. Los tantos de Patricia Maraña, al anotar un penalti-stroke, y de Estefanía Correa, que en una jugada personal se aprovechó de la indecisión de la zaga rival, pusieron por delante a la escuadra guipuzcoana.

No se arrugaron las catalanas, que poco después igualaron el resultado (2-2) por inmediación de Jennifer Plass. Y en una primera mitad llena de alternativas, la Real transformó un penalti córner para dominar de nuevo el partido a diez minutos de llegar al descanso.

Viéndose por detrás en el marcador, el equipo de Sant Cugat del Vallès llevó el ritmo del encuentro en la segunda parte. De hecho, las vallesanas estuvieron cerca de lograr la igualada en alguno de los tres lanzamientos de penalti córner de los que dispusieron, pero su falta de acierto lo aprovechó Lucia Ibarra para marcar el cuarto para la Real y sentenciar el choque.

En la final, las txuriurdin se enfrentarán al San Pablo Valdeluz, que dio la sorpresa eliminando al Club de Campo, subcapeón en Liga, por 0-3. Alicia Magaz, Begoña García y Lola Riera marcaron los tres goles de un equipo que llega con la moral por los aires al partido decisivo. La Real deberá hacer valer su mayor experiencia.