Solo falta la chispa para que estalle la locura. La ciudad de Gasteiz respira en albiazul al ritmo de un Alavés que cuenta los minutos que le separan de Segunda A. Todo está preparado para celebrar un regreso que la familia alavesista lleva cuatro años aguardando y que nunca se había visto tan cerca como hasta ahora, tras nueve meses espectaculares de competición regular y un arranque de play-off igualmente esperanzador.

A los protagonistas directos, claro, les toca pensar en el factor sorpresa, siempre presente en el deporte. Y por eso insisten en la limitada confianza que debe ofrecer el resultado de la Nueva Victoria (1-1), pese a que gracias a ese penalti transformado por Borja Viguera con el tiempo reglamentario ya cumplido, el camino se ha allanado considerablemente. El mismo empate inicial es suficiente para los albiazules que, en ese sentido, no pueden sentirse más avalados. Cerraron la Liga como el equipo menos goleado de toda la categoría y sus números en Mendizorrotza son aún más espectaculares: solo en cinco de los 19 encuentros que han disputado ante su parroquia han encajado algún gol. La confianza parece más que fundamentada.

Aunque, por si las moscas, el empate inicial no es precisamente el resultado en el que piensan los albiazules, de ahí que Natxo González quiera que su equipo pueda «ofrecer más ofensivamente que en el partido de ida». Sin obsesionarse, pero sin relajarse. Es decir, afrontando la cita «con mucha responsabilidad y concentración, desde la tranquilidad que te da el trabajo diario de los jugadores», pero sin olvidar que «no vamos a tener margen de error. Todos sabemos lo que nos jugamos, pero internamente cada uno debe gestionar su emoción». Trasladado al césped, si quiere ganar el Alavés «tiene que tratar de jugar al fútbol y hacerlo mejor que el Jaén. Intentaremos generar un ritmo e intensidad fuertes, crear ocasiones y ser capaces de materializarlas», resumió González, que ha convocado a todos sus jugadores excepto a Miki, con problemas físicos, y Juanje, de permiso en casa junto a su hija recién nacida.

La perspectiva, lógicamente, es muy diferente al otro lado, desde donde Manolo Herreros recuerda que «los partidos hay que jugarlos» antes de darlos por perdidos. El técnico jienense, que recupera a su goleador Diego Cascón pero pierde a Nino tras la expulsión de la semana pasada, se muestra convencido de que «todavía hay mucho que decir en esta eliminatoria, no todo está decidido».

Mendizorrotza

De acabar de inclinarla del lado local intentarán encargarse los aficionados albiazules que aguardan impacientes, en la antesala de la locura. Incluso se han agotado las equipaciones oficiales del equipo, cuyos colores lucen en todos los rincones de la ciudad.

Muchos de ellos tienen guardada como oro en paño su entrada para Mendizorrotza, que registrará su segundo lleno de la temporada tras el de Copa frente al Barcelona. Las pocas entradas que quedan se pondrán a la venta en las taquillas hoy a partir de las 10.00 horas.